La Iglesia en Argentina expresó su dolor ante la trágica muerte de dos personas por una explosión de gas ocurrida en la escuela primaria Nº49 Nicolás Avellaneda, en la ciudad de Moreno.
MORENO: TRAGEDIA EN UNA ESCUELA
— Policia Bonaerense (@LaBonaerenseNP) 2 de agosto de 2018
Esta mañana en el establecimiento escolar Nº49 Nicolás Avellaneda, del barrio San Carlos, en el citado partido del oeste del GBA, alrededor de las 7.45 explotó una estufa, provocando la muerte de dos personas (la vicedirectora y el portero)... pic.twitter.com/Wr6lXApF9K
El hecho ocurrió el jueves 2 de agosto entre las 7:20 a.m. y las 7:40 a.m., cuando faltaba casi media hora para el ingreso de los alumnos al colegio. La explosión ocurrió entre un salón de clases y un pasillo del establecimiento.
Falleció la vicedirectora Sandra Calamano (48 años) y el portero Rubén Rodríguez (45 años). Las autoridades informaron que la causa de la explosión fue una estufa “alimentada por gas envasado”, lo que provocó un derrumbe en la sala de profesores.
Según los apoderados y vecinos del sector, hacía varios días que sentían olor a gas y que el día anterior a la tragedia, la vicedirectora se había quedado más allá de su horario laboral a la espera de que vinieran a repararlo, cosa que ocurrió a eso de las 5:30 p.m.
El Ministerio de Educación bonaerense decretó para el 2 y 3 de agosto una “jornada de duelo y asueto” para los colegios del distrito de Moreno; y una “jornada de duelo” para todas las escuelas del resto de la Provincia de Buenos Aires.
Ante este desenlace, el Obispo de Merlo-Moreno, Mons. Fernando Maletti; junto con el Obispo Auxiliar, Mons. Oscar Miñarro; y el Vicario General de la diócesis, P. Fabián Sáenz, expresaron su dolor por la tragedia y el deseo de “acompañar a sus familias y a toda la comunidad de la Escuela N° 49”.
La carta señala que “estamos acostumbrados a que un docente llegue en primer lugar y prepare la escuela para que los chicos estén calentitos y tengan preparado el desayuno o el almuerzo. Estamos acostumbrados a que un auxiliar ayude a preparar los que serán, en muchos casos, los únicos alimentos que los chicos reciban en el día”.
“Pero no queremos acostumbrarnos a que las escuelas sean lugares precarios; no queremos acostumbrarnos a que las denuncias por lo que hay que arreglar se tomen como una queja política; no queremos acostumbrarnos a infraestructuras deficientes sin controles adecuados”, sostiene.
“Nada podrá reparar la pérdida de estas dos vidas”, afirmaron los pastores, “pero sí podremos darle sentido a esta situación si atendemos a las necesidades que sufren todos los establecimientos públicos (escuelas, hospitales, salitas), para que no debamos lamentar más dolor”.
“Pedimos a nuestro Buen Dios por el descanso eterno de Sandra y Rubén; por el consuelo y fortaleza para sus familiares y para que la comunidad educativa se renueve en la esperanza para rearmar la escuela y brindar a los chicos el servicio que necesitan”, concluye la misiva.
Publicar un comentario