1. Se llamaba Isabel
Aunque su nombre era Isabel, su madre comenzó a llamarla Rosa al ver que mientras crecía su rostro lucía sonrosado y mostraba gran belleza.
Santo Toribio de Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, tras impartirle el sacramento de la confirmación en 1597 le puso definitivamente el nombre de Rosa, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.
2. No fue religiosa sino laica
Santa Rosa fue laica, específicamente Terciaria en la Orden de Santo Domingo, es decir, una mujer que se vestía con túnica blanca y manto negro, llevando una vida consagrada a Dios pero en su propia casa. Durante toda su vida buscó imitar a la más famosa terciaria dominica, Santa Catalina de Siena, a quien consideraba su "madre" espiritual.
El Papa Pío XII, en su radiomensaje del 27 de octubre de 1940 para el Congreso Eucarístico en Arequipa, en el sur del Perú, dijo: “¿No despuntó y se abrió en el jardín de Lima, cual flor primera de santidad de toda la América, cándida como azucena y purpúrea como rosa, la admirable Rosa de Santa María, que en el retiro y entre las espinas de la penitencia, emuló el ardor de una Catalina de Siena?”.
Un día mientras oraba ante la imagen de la Virgen pidiendo ayuda para decidir si entraba a un convento, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano para que le ayudara pero él tampoco fue capaz de moverla de allí.
Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras recuperó la movilidad y se pudo levantar.
3. Tuvo un rápido ascenso a los altares
Menos de 50 años después de su muerte fue declarada santa de la Iglesia Católica. Durante la ceremonia organizada en su honor tras su fallecimiento fue aclamada por el pueblo entero e hicieron que a los ocho días se abriera el proceso de canonización. El Cabildo envió una carta al Papa Urbano VIII y el virrey hizo lo propio a la Corona de España.
Antes de ser canonizada en 1671, fue proclamada Patrona del Perú en 1669, del Nuevo Mundo y de Filipinas en 1670. Solo en Perú hay más de 72 pueblos con su nombre.
4. Es la primera santa de América
Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera Santa de América.
"Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones", dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.
5. Habría sido amiga de San Martín de Porres
Una antigua tradición sostiene que Santa Rosa salía de su ermita para ir a la iglesia de la Virgen del Rosario y para atender a enfermos y esclavos.
En estas labores era acompañada por San Martín de Porres quien se volvió su amigo. Lima era una ciudad pequeña y amurallada por lo que es muy probable que Santa Rosa haya conocido a San Martín de Porres.
6. Cuando murió ayudaba en el hogar de una familia adinerada
Santa Rosa pasó los tres últimos años de su vida ayudando en el hogar de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño.
Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".
Santa Rosa falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para llevar sus restos al sepulcro.
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