La National Review Board, comisión encargada de asesorar a los obispos de Estados Unidos sobre la prevención de abusos sexuales a menores, condenó la “cultura de silencio” en la jerarquía eclesiástica y pidió una investigación independiente dirigida solo por laicos para cada acusación de inconducta sexual en el clero.
En un comunicado de prensa distribuido por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) el 28 de agosto, la comisión, que está compuesta en su totalidad por expertos laicos de diferentes campos, dijo que viene expresando su preocupación por la excesiva tolerancia eclesiástica “durante varios años” y pidieron reformas específicas.
La comisión pidió un “cambio genuino en la cultura de la Iglesia” y señaló a los obispos como particularmente necesitados de cambio. También solicitó el fortalecimiento de la “Carta para la Protección de Niños y Jóvenes”, originalmente establecido por la USCCB en 2002.
“Es hora de que los laicos asuman un liderazgo valiente para ayudar a la Iglesia a responder y sanar, y para que los obispos escuchen atentamente nuestras recomendaciones”.
“Las revelaciones de horrendos incidentes de abuso por el Gran Jurado de Pensilvania, junto al abuso perpetrado por el Arzobispo McCarrick, apuntan a un problema sistémico dentro de la Iglesia que ya no puede ser ignorado o tolerado por el episcopado en los Estados Unidos”, prosigue el comunicado.
La NRB se constituyó en junio de 2002 como parte de la respuesta de los obispos a la ola de escándalos de abusos sexuales en Boston. El panel de 13 miembros hace sus recomendaciones al Comité para la Protección de Niños y Jóvenes de la USCCB.
La comisión observó que, a raíz de los escándalos de abuso sexual de principios de la década de 2000, se habían establecido nuevas políticas y procedimientos, incluida la creación de la NRB en sí misma. Además, añadió que estas acciones resultaron en una “disminución significativa” de los incidentes de abuso, pero los problemas subyacentes siguen sin abordarse.
“La National Review Board ha expresado durante varios años su preocupación de que los obispos no se vuelvan solícitos en su respuesta al abuso sexual por parte del clero. Las revelaciones recientes dejan en claro que el problema es mucho más profundo. Estamos tristes, enojados y heridos por lo que hemos aprendido en las últimas semanas”.
La declaración indica que “el mal de los crímenes que se han perpetuado” alcanza los “niveles más altos de la jerarquía” y no se puede abordar simplemente con cambios de procedimiento y estructurales.
“Este mal ha sido el resultado de una pérdida de liderazgo moral y un abuso de poder que llevó a una cultura de silencio que permitió que ocurrieran estos incidentes. La intimidación, el miedo y el uso indebido de la autoridad crearon un ambiente que fue aprovechado por los clérigos, incluidos los obispos, que causaron daños a los menores, a los seminaristas y a los más vulnerables”, continúa.
La necesidad de responsabilizar a los obispos requiere, según la declaración, una “revisión independiente” de sus actos “después de cualquier acusación y esto solo puede garantizarse confiándoselo a los laicos”.
“El NRB, compuesto exclusivamente por miembros laicos, sería el grupo lógico para participar en esta tarea”, añade la declaración.
La comisión recomendó la creación de una política anónima de denuncias, reflejando algunas estructuras corporativas y del sector público, lo que proporcionaría un mecanismo claro y dirigido por los laicos para reportar una acusación al obispo competente, a las autoridades del Vaticano y a las fuerzas del orden público.
Las políticas existentes también deberían revisarse, dijo la comisión, incluida la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes.
Al calificar el documento de “útil”, la NRB dijo que era un “documento vivo” que necesitaba una revisión continua a la luz de la experiencia.
Actualmente, no existe un mecanismo o política clara de USCCB para manejar el abuso más allá de un documento llamado “Compromiso Episcopal”, que los obispos han aceptado cumplir. Sin embargo, este documento no tiene fuerza vinculante.
Las recomendaciones de la comisión llamaron a este documento “inefectivo” y dijeron que deben existir “pasos concretos” para la corrección fraterna cuando un obispo es acusado de abuso o de no responder a una acusación.
Al mismo tiempo, precisa, que es necesario que haya una formación clara de nuevos obispos sobre su responsabilidad como “líderes morales” para responder a las acusaciones, agregando que ese liderazgo actualmente no existe.
La declaración finalizó diciendo que la Nation Review Board consideraría hacer más recomendaciones en las próximas semanas, y continuaría trabajando con la USCCB.
Publicar un comentario