La Iglesia en México destacó la colaboración que mantiene con los obispos de Estados Unidos para brindar ayuda humanitaria a los migrantes.
En diálogo con EWTN Noticias, el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Alfonso Miranda, aseguró que “debemos dar gracias a Dios que desde hace ya muchos años existe una relación muy cercana” con la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés).
Señaló que esta cooperación se da a través de “distintos organismos”, como el grupo de obispos Tex-Mex, “que se reúne dos veces al año en la frontera entre Texas y México”.
En esas reuniones “se tratan asuntos relativos a la protección de los migrantes, albergues, casas de migrantes”.
“Tenemos también en la parte noroeste la cuestión de la Alta California y la Baja California, donde los obispos de ambas fronteras se reúnen, una o dos veces al año, para buscar formas de apoyo y ayuda a los migrantes”, añadió.
Sin embargo, el Secretario General de la CEM indicó que los obispos no restringen sus gestiones a la coordinación binacional, sino que “hay un trabajo con el triángulo norte-sur de Centroamérica, el trabajo con el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) y el trabajo con el Vaticano”.
Mons. Miranda destacó que la asistencia a los migrantes “es un trabajo conjunto, siempre con la preocupación local y universal al mismo tiempo”.
“Siempre necesitamos impulsar, mejorar el trabajo que se hace a los migrantes, porque todavía hay muchísimo por hacer tanto en la ruta que siguen dentro de México como en la frontera americana, como en el caso de la separación de los niños de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos”, señaló.
En un estudio realizado en 2017, la CEM contabilizó 75 casas de migrantes católicas, entre ellas albergues, comedores, módulos de atención, dispensarios médicos, entre otros.
En la entrevista con EWTN Noticias, Mons. Miranda también habló de los nuevos protocolos de seguridad presentados por la CEM para la Iglesia en México.
“Han sido elaborados en primer lugar en base al lamentable asesinato de sacerdotes que hemos tenido aquí en México”, dijo el obispo mexicano.
Explicó que estos protocolos buscan “ofrecer medidas de prevención para todos los agentes de pastoral, ministros; y no para que no realicen su trabajo, sino todo lo contrario, para que puedan seguir sirviendo en las parroquias, en las oficinas diocesanas, en los conventos, en las escuelas, con los enfermos, en todas partes, pero con medidas mínimas de seguridad”.
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