El Papa Francisco dijo en la Misa que presidió en Santa Marta que “siempre existirán resistencias al Espíritu Santo” y esto lo puso en relación a la “rigidez” que poseen algunos, a los que recomendó “discernir los signos de los tiempos”.
“Siempre existirán resistencias al Espíritu Santo, siempre, siempre hasta el fin del mundo. Que el Señor nos dé la gracia de saber resistir a lo que tenemos que resistir, a lo que viene del maligno, a lo que nos quitar la libertad y sepamos abrirnos a la novedad, pero solo esas que vienen de Dios, con la fuerza del Espíritu Santo, y nos dé la gracia de discernir los signos de los tiempos para tomar las decisiones que nosotros debamos tomar en ese momento”, pidió.
Sobre los rígidos, explicó que siempre “vuelven sobre la misma pregunta, son incapaces de salir de ese mundo cerrado, son prisioneros de las ideas. Han recibido la ley que era vida, pero la han ‘destilado’, la han transformado en ideología y así dan vueltas, dan vueltas y son incapaces de salir de cualquier novedad porque para ellos es una amenaza”.
El Papa puso de ejemplo a los discípulos, quienes “permanecieron dóciles al Espíritu Santo para hacer algo que era más que una revolución”, “un cambio fuerte” y en el centro estaba “el Espíritu Santo: no la ley, el Espíritu Santo”.
“La Iglesia era una Iglesia en movimiento, una Iglesia que iba más allá de sí misma. No era un grupo cerrado de elegidos, una Iglesia misionera. Es más, el equilibrio de la Iglesia, por así decir, y era precisamente la movilidad, en la fidelidad al Espíritu Santo”.
Francisco mencionó que “alguno decía que el equilibrio de la Iglesia se asemejaba al de una bicicleta: está parada y va bien cuando está en movimiento; si tú la dejas parada, cae. Es un buen ejemplo”.
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