Así ayuda esta diócesis a quienes han quedado sin trabajo por la crisis del coronavirus

Mons. Manuel Herrero, Obispo de Palencia (España), anunció en una carta que la Diócesis ha abierto un Fondo de Solidaridad Diocesano con motivo de la crisis socio-económica provocada por el COVID-19.

Según explica el Prelado, este año 2020 está siendo especialmente difícil para todos, “los afectados por el covid-19, muchos han muerto, otros han quedado tocados de alguna manera en su salud, también las familias que no han podido visitar a sus familiares enfermos, ni despedir como sería lo normal y según sus deseos de los difuntos”.

El Obispo recuerda que muchos empresarios, autónomos, empleados sujetos a regulaciones temporales de empleo, ERTEs o a EREs, “han tenido que cerrar su negocio y han tenido que asumir el paro, con las consecuencias económicas para sus familias porque algunos no han recibido nada todavía, y, como consecuencia, pasando realmente hambre”.

Mons. Herrero también destaca las consecuencias psicológicas que ha traído “el haber estado tanto tiempo confinados para los mayores, los niños ya para todos, y la consecuencia de no haber podido vivir en plenitud nuestros derechos, entre ellos la libertad de movimientos”.

Según destaca “ahora estamos viviendo un momento difícil” por el miedo a los rebrotes y a sufrir otro confinamiento.

Por eso explica en la carta que “como comunidad cristiana estamos llamados a ser iglesia samaritana”, y destaca que “en este momento, además del cauce habitual que tiene la Diócesis a través de Cáritas parroquiales y diocesana, que vienen ayudando a personas necesitadas con diversos programas, queremos abrir un cauce extraordinario de solidaridad con algunos colectivos que son víctimas de esta crisis económico-social a través de la Fundación diocesana ‘El Buen Samaritano. Ayuda a las personas en paro’”. 

Se trata de una Fundación Canónica, sin ánimo de lucro, que fue creada en el año 2012, y está gestionada por Cáritas Diocesana y que, según destaca tiene una doble línea de acción.

La primera de ayudas a la protección de las personas trabajadoras, que pudiendo ser atendidos a través de los programas de Cáritas no aceden a ellos, y que no perciben ningún tipo de prestación o subsidio por desempleo o por cese de actividad como consecuencia de COVID 19, o que, percibiendo prestación o subsidio, resulte insuficiente para la cobertura de las necesidades básicas de la unidad de convivencia.

Y la segunda área está destinada a ser apoyos a pequeños negocios y autónomos con o sin empleados a su cargo, que se encuentren en dificultades como consecuencia directa de la crisis COVID 19 y que se hallen en proceso de relanzamiento de la actividad económica.

De esta manera, según explica el Prelado, “un equipo diocesano formado por algunas personas de distintos organismos diocesanos, con la debida confidencialidad, serán los encargados de acoger las peticiones de ayuda, de valorar las solicitudes tanto en su necesidad como en su viabilidad si se trata de pequeños negocios”.

Mons. Herrero animó a acoger “esta llamada de la Iglesia”, a no pasar de largo, porque “para nosotros nada humano debe sernos ajeno, y menos la necesidad apremiante y sangrante de los que más sufren entre nosotros; somos los más próximos y por lo tanto más prójimos”.

Más información sobre este Fondo de Solidaridad Diocesano con motivo de la crisis socio-económica provocada por el COVID-19 AQUÍ o a través del mail  [email protected]

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