El Arzobispo Metropolitano de Managua (Nicaragua), Cardenal Leopoldo José Brenes, pidió a los fieles que se unan en oración y estén vigilantes frente a la reciente profanación del Sagrario de una capilla.
En un comunicado del 27 de julio, la oficina de prensa de la Arquidiócesis de Managua informó que se profanó y se cometió sacrilegio contra el Sagrario de la Capilla Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la Parroquia Nuestro Señor de Veracruz, en la zona pastoral de Masaya.
Según el comunicado, “el Sagrario de Jesús Sacramentado fue arrastrado en el piso” de la capilla dedicada a la Virgen María. Además, se señaló que el Arzobispo Metropolitano de Managua recibió la lamentable noticia el fin de semana por parte del P. Pablo Villafranca, párroco de Nuestro Señor de Veracruz.
“No tenemos más que lágrimas, impotencia, dolor y frustración. Pero nos levantaremos y saldremos adelante. No se olviden que esta semana será de oraciones y reparación por el sacrilegio cometido con rosarios, ayunos y oraciones y las eucaristías que se ofrecerán”, señaló el P. Villafranca en la cuenta de Facebook de la Parroquia.
Además, el párroco pidió oraciones y donaciones a los fieles para la reposición y reparación de “micrófonos, cables, amplificadores, parlantes, cerraduras, candados, alcancillas" que fueron robados y dañados durante el crimen.
Al respecto, el Cardenal Leopoldo Brenes condenó “este acto que ofende nuestra fe”, ofreció sus oraciones y pidió a los fieles que se unan en oración de reparación y desagravio ante este lamentable suceso y además exhortó a los feligreses locales a estar “atentos y vigilantes en el cuidado de sus capillas”.
Recientemente, la Catedral de Managua también sufrió un atentado a manos de un conductor en estado de ebriedad, que destruyó parte de la infraestructura del templo luego de impactar con una camioneta el edificio eclesial. Según testigos de la Arquidiócesis, el conductor ingresó en su interior con dos niños a bordo y destruyó tres de sus portones.
Este acto, ocurrido el 20 de julio, también fue condenado por el Cardenal Brenes, los sacerdotes vicarios, religiosos y religiosas, que demandaron la reparación de los daños respectiva, y también pidieron a los fieles que se unan en oración.
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