El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Becciu, presidió este 29 de julio, memoria de Santa Marta, una Misa en la que 30 religiosas de la Congregación Marta y María hicieron la profesión de sus votos perpetuos.
En su homilía, el Cardenal Becciu destacó que la profesión de los votos perpetuos es un mensaje para el mundo que demuestra que es “hermoso ofrecer su propia vida al Señor, con el deseo de responder a su llamada para servir a los hermanos en la caridad”.
“Estas treinta hermanas, hoy, ante la comunidad cristiana, entregan sus vidas en las manos del Señor, pronunciando su ‘sí’ para siempre. Todos nosotros, mediante el Bautismo, hemos elegido amar a Jesús, ofrecernos a Él” señaló el purpurado quien pidió a las religiosas que “no dejen de indicar, con tu testimonio, los caminos del Reino de Dios, porque en el fragor de este mundo se corre el riesgo ¡de perderlos de vista!”.
Refiriéndose al pasaje del Evangelio de San Lucas (10,38-42) en el que Jesús dialoga en Betania con las hermanas de Lázaro, Marta y María, el Cardenal Becciu advirtió que “Jesús no pretende condenar la actitud de servicio, sino más bien el afán con el que a veces se lo vive”.
Además, al recordar a las religiosas que han hecho sus votos perpetuos, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos reconoció que “la Iglesia tiene necesidad de su presencia, tiene necesidad de una vita consagrada que se exprese en la búsqueda constante de Dios mediante la escucha de su Palabra, en la oración litúrgica y personal. Y también tiene necesidad de religiosas que afronten con valor y creatividad los desafíos del tiempo”.
“Ante el hedonismo, a ustedes se les pide el testimonio de la castidad, como expresión de un corazón que conoce la belleza y el precio del amor de Dios. Ante la sed de ganancias, hoy dominante, su vida sobria, dispuesta a servir a los demás, recuerda que Dios es la verdadera riqueza que no perece. Frente al individualismo y al relativismo, que inducen a las personas a ser la única norma para ellas mismas, su vida fraterna capaz de docilidad y obediencia confirma que ustedes ponen en Dios su propia realización”, advirtió.
Por último, el Cardenal Becciu encomendó a la Virgen María, modelo de vida consagrada, para que las sostenga a fin de que puedan ser para todos un signo profético del Reino de los cielos.
La Congregación Marta y María fue fundada en la ciudad de Jalapa, Guatemala, el 6 de enero de 1979, por Monseñor Miguel Ángel García Arauz y Madre Ángela Eugenia Silva Sánchez.
Su carisma consiste en “amar a Jesús presente en la Iglesia, presente en la Eucaristía, y de manera especial presente en los que sufren, ya sea física, moral, o espiritualmente, viendo en ellos el rostro de Jesús, atenderles con las manos de Santa Marta y amarlos con el Corazón de Santa María, para honra y gloria de Dios”.
Actualmente atienden a niños abandonados o con necesidades especiales, residencias de ancianos, residencias sacerdotales, residencias episcopales y pastoral de catequesis en Guatemala, Venezuela, Perú, Argentina, Honduras, Cuba, Chile, Etiopía, España, Italia y Lituania.
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