La congresista católica y demócrata por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, arremetió contra una estatua en el Capitolio de San Damián de Molokai, conocido como el Apóstol de los leprosos, y dijo que esta es un símbolo del “patriarcado”.
En una historia de Instagram el 30 de julio, la congresista cuestionó por qué no hay más estatuas que honren a mujeres históricas en el Capitolio, un lugar en el que se destaca el legado de figuras de los 50 estados de Estados Unidos.
“Incluso cuando seleccionamos figuras para contar la historia de lugares colonizados, son las historias de los colonizadores las que se cuentan y casi de nadie más”, escribió la representante junto a una fotografía del santo Apóstol de los leprosos.
En 1969 el estado de Hawai decidió honrar a San Damián de Molokai junto con Kamehameha I en la colección nacional que está en el Capitolio de Estados Unidos.
Ocasio-Cortez cuestionó que en ese lugar esté la imagen de San Damián y no de la “Reina Lili’uokalani de Hawai, la única reina que gobernó Hawai”.
“Esto no es para disputar cada una de las estatuas”, indicó y cuestionó que los “patrones” en la “totalidad” de las estatuas en el Capitolio revelan que honran “casi solamente a hombres blancos”.
“¡Así es como se ve el patriarcado y la cultura supremacista blanca!”, resaltó la congresista.
“No es radical ni loco entender la influencia que la cultura supremacista blanca ha tenido históricamente en nuestra cultura y cómo impacta hoy en día”, agregó.
La oficina de Ocasio-Cortez dijo a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, que “hay patrones que han emergido entre todas las estatuas del Capitolio: casi todos hombres blancos. Cada individuo puede ser valioso y moral, pero borrar deliberadamente a las mujeres y a la gente de color de nuestra historia es un resultado de la influencia del patriarcado y la supremacía blanca”.
Dallas Carter, originario de Hawai y catequista de la Diócesis de Honolulú, explicó a CNA que San Damián “dio su vida” sirviendo a la colonia asilada de leprosos en la península de Kalaupapa en la isla de Molokai.
“Cualquier hawaiano aquí que es consciente de su historia –los hawaianos lo somos– y defendería completamente, católicos o no, el legado de Damián como un hombre que fue abrazado por muchos y que es un héroe para nosotros por su amor a la gente hawaiana”, comentó.
“No lo juzgamos por el color de su piel. Lo juzgamos por el amor que tuvo por nuestra gente”, agregó Carter.
El catequista recordó que el gobierno hawaiano del tiempo de San Damián “no sabía cómo lidiar con los leprosos” y “nadie quería lidiar con [la colonia] Kalaupapa”.
Carter precisó que el mismo Damián tenía miedo de servir a los leprosos pero “luego de un tiempo, y eso está muy claro en su diario y en los escritos de la gente hawaiana en ese tiempo, se sintió enamorado de esta gente”.
En algún momento su superior le dio un ultimátum para que se quedara en la colonia permanentemente o la deje. Él eligió quedarse.
El sacerdote sirvió en la colonia el resto de su vida, atendiendo las necesidades espirituales y materiales de los leprosos. En 1884 él también enfermó de lepra y siguió sirviendo incansablemente hasta su muerte en 1889.
Carter dijo a CNA que los hawaianos aman a San Damián y explicó que la entonces reina Lili’uokalani, mencionada por Ocasio-Cortez, convirtió al sacerdote en Caballero Comandante de la Orden Real de Kalākaua en 1881, por sus “esfuerzos para aliviar los problemas y mitigar las penas de los desafortunados”.
El catequista destacó además que San Damián de Molokai es el único sacerdote santo del martirologio hawaiano “que habló el idioma nativo”. “Él amó y abrazó nuestra cultura” y así “fue parte de nuestro reino. Fue uno de nosotros”.
El P. Damián fue canonizado el 11 de octubre de 2009 por el Papa Benedicto XVI. Con motivo de la canonización, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su “profunda admiración por la vida del Beato Damián de Veuster”.
Obama, nacido en la isla hawaiana de Oahu, dijo entonces que “el P. Damián también se ha ganado un lugar especial en los corazones de los hawaianos. Recuerdo muchas historias de mi juventud sobre su incansable labor para cuidar a los que sufren lepra y que son marginados”.
San Damián nació un 3 de enero de 1840 en Bélgica, ingresó a la vida religiosa con los Padres de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Fue enviado como misionero a Hawai y el 24 de mayo de 1864 fue ordenado sacerdote en Honolulú.
Ayudó incesantemente a los pobladores del lugar y trabajó con sus propias manos para que se construya una iglesia, ganándose la estima de la gente.
Por ese entonces se desató una terrible epidemia de lepra. Los enfermos eran apartados de la comunidad y abandonados a su suerte en una colonia aislada. El P. Damián pidió ir a ayudarlos y desembarcó con varios leprosos en Molokai, donde inició su servicio en 1873.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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