Esta donación se suma a los 200 millones que en abril ya entregaron a las diócesis de todo el país, y a los nueve que en total enviaron a África y otros países pobres.
Los fondos, explica la CEI, provienen del fondo recaudado a partir de los aportes de los fieles, el llamado ocho por mil o el 0,8% del Impuesto a la Renta que los ciudadanos pueden aportar a la Iglesia.
Este dinero tiene como finalidad “sostener a las personas y familias en situaciones de pobreza o necesidad, entes o asociaciones que trabajan para superar la emergencia provocada por la pandemia y entidades eclesiásticas en situaciones de dificultad”, indica un comunicado de la CEI.
Además de la donación, los obispos italianos anunciaron la campaña “Hay un país”, para seguir colaborando con los más necesitados a través del ocho por mil.
La campaña de recepción de donaciones será lanzada el domingo 31 de mayo y recuerda que “la Iglesia Católica, también en la emergencia, no ha dejado de hacerse cargo de los más débiles: desde el párroco de una pequeña ciudad de provincia, que durante la epidemia ha debido sostener a su comunidad gracias a la tecnología y de modo creativos, hasta los comedores de Cáritas que han encontrado distintas formas para ayudar a las familias en dificultad”.
“Así se han transformado en lugares donde se acoge y se encuentran personas listas para ayudar, por tantos proyectos para alentar el trabajo y para buscar la reinserción de muchos desocupados, ayudar a las mujeres víctimas de la violencia, entre otros, para llegar a miles de proyectos”, agrega el texto.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa
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