¿La Virgen propone usar aceites contra el coronavirus? Cuidado con esta cadena

, 28 May. 20 (ACI Prensa).- Presuntas apariciones de la Virgen María a una mujer en Costa Rica para revelarle un supuesto aceite que previene el coronavirus son criticadas por expertos en el tema; y no hay indicios de aprobación de su uso para este fin por alguna autoridad de la Iglesia Católica.

A propósito de que se ha vuelto viral unas presuntas revelaciones de la Virgen María a una mujer costarricense sobre el uso de aceites esenciales para prevenir la infección por el coronavirus. ¿Qué deben hacer los católicos con revelaciones como estas?

El 3 de junio de 2016, Luz de María de Bonilla, una presunta “vidente” que asegura que la Virgen María le dio un mensaje con instrucciones sobre el uso de una mezcla de aceites esenciales, que llamó el “Aceite del buen samaritano”, señaló que debía ser utilizado para prevenir brotes infecciosos.

La mujer también dijo que en la visión se le habría recomendado que las personas ingieran un diente de ajo crudo todas las mañanas o que usen aceite de orégano, porque "estos dos son excelentes antibióticos".

El 28 de enero de 2020, se dice que la Virgen María se habría revelado una vez más a Luz de María de Bonilla para darle un mensaje que señalaba una supuesta plaga producida por un virus y un presunto remedio.

“Grandes pestilencias, plagas generadas por virus desconocidos están avanzando sobre la humanidad. Use el ‘Aceite del buen samaritano’ como protección, frente al caso de una enfermedad altamente contagiosa donde vives: la cantidad de la cabeza de un alfiler en los lóbulos de las orejas será suficiente. Si aumenta el número de infectados, debe colocarlo en ambos lados del cuello y en las muñecas de ambas manos…”, decía el supuesto mensaje.

El “Aceite del buen samaritano” está compuesto por canela, clavo, romero, limón y eucalipto y es la misma receta de una popular mezcla de aceites esenciales conocida como "Aceite de ladrones", que está asociada con la leyenda de cuatro ladrones que robaron los cuerpos de las víctimas de la peste bubónica, pero lograron escapar de la infección mientras usaban estos ingredientes.

Dichos aceites se han utilizado durante siglos en la brujería para "protección" y son promocionados por distribuidores de aceites esenciales que afirman que mejoran el sistema inmunitario y protegen a las personas de infecciones como la gripe y los virus.

Dar credibilidad a los supuestos mensajes es un imprimatur dado por el Obispo de Estelí (Nicaragua), Mons. Juan Abelardo Mata Guevara, quien aprobó los mensajes recibidos por esta vidente entre 2009 y 2017. Sin embargo, no hay indicios de que Mons. Mata, o cualquier otra autoridad de la Iglesia haya aprobado el mensaje del 2020 recomendando estas alternativas para su uso contra el COVID-19.

Aunque la Iglesia no ha tomado ninguna decisión sobre la naturaleza sobrenatural de las revelaciones, los mensajes se han vuelto virales en Internet, y muchos católicos exageran los aceites como un método "aprobado por la Iglesia" para protegerse contra el coronavirus.

Por más convincente que parezca, estas revelaciones están causando sorpresa porque parecen contradecir la enseñanza de la Iglesia Católica que se encuentra en las Directivas Éticas y Religiosas para los Servicios de Cuidado de la Salud.

Las Directivas, presentes en la carta encíclica de San Juan Pablo II sobre el valor y la inviolabilidad de la vida humana Evangelium vitae, establecen que una persona tiene la “obligación moral” de utilizar medios ordinarios u “objetivamente proporcionados a la perspectivas de mejoría” para preservar su vida. Esto es particularmente cierto en el caso de enfermedades potencialmente mortales o transmisibles.

El Ph.D. Kevin Rickert, profesor asociado de filosofía en la Universidad de Santa María de Minnesota señaló a National Catholic Register (NCR) que "el quid de este problema es la distinción entre cuidado ordinario y extraordinario", asunto explicado en su artículo titulado “Medicina alternativa y el deber de emplear medios ordinarios".

Los medios “ordinarios” son aquellos tratamientos que comúnmente se consideran ordinarios para la preservación de la vida humana, como son los alimentos, un refugio, el evitar peligros corporales innecesarios y el uso de intervenciones médicas aceptadas cuando sea necesario.

La medicina alternativa, como los aceites esenciales, generalmente se define como tratamientos que no han sido probados científicamente o que no han cumplido con los estándares de lo que se considerarían intervenciones médicas aceptadas. Esta es la razón por la que la supuesta recomendación de la Virgen de usar aceites esenciales para prevenir el contagio es sospechosa.

La investigación en curso sobre el uso de aceites esenciales para el cuidado de la salud ha hallado que algunos productos son útiles para el bienestar general, pero incluso los expertos de la industria admiten que no hay evidencia científica que respalde su uso en la forma en que la Virgen María presuntamente prescribió.

En marzo de 2020, en nombre del Dr. Russel Osguthorpe, médico de enfermedades infecciosas y director médico de doTERRA, compañía que vende aceites esenciales, Kevin Wilson señaló a Salon, revista digital estadounidense sobre asuntos políticos y culturales, que “doTERRA reconoce que los aceites esenciales tienen beneficios profundos para la salud y el bienestar, pero no afirmamos que nuestros productos previenen, tratan o curan afecciones o enfermedades, incluido el COVID-19”.

Si este es el caso, ¿por qué Nuestra Señora nos instruiría a usar algo que no esté científicamente probado ni de acuerdo con la política local de salud pública para protegernos durante una emergencia de salud pública grave? o ¿por qué daría mensajes que no incluyen al menos una recomendación para obedecer la política de salud local o buscar un consejo médico sólido?

Expertos en el tema como Michael O'Neill, autor de "Virgen, Madre, Reina", un libro sobre las apariciones de la Virgen María reconocidas por la Iglesia Católica en todo el mundo, y creador del sitio web “MiracleHunter”, tienen dudas de que la Santísima Virgen María haya dado estas instrucciones.

"Si bien Santa Bernardette señaló a las aguas de Lourdes por la Virgen María, típicamente María no recomienda remedios naturales o no presta atención médica. Esto parece ser una solicitud no estándar de María en una aparición y, por ello arroja algunas dudas sobre la validez de estas apariciones", dijo O'Neill a NCR.

En cuanto al imprimatur, O'Neill explica que un imprimatur no significa que haya ocurrido un evento sobrenatural. Simplemente, esta declaración generalmente dada por el ordinario de un lugar donde se está produciendo una supuesta aparición mariana, establece que los mensajes están libres de errores doctrinales.

Debido a que Luz de María de Bonilla, nacida en Costa Rica, vive actualmente en Argentina, no está claro por qué un obispo de Nicaragua le dio un imprimatur. Los intentos de obtener una aclaración de Mons. Mata y las autoridades de la Iglesia en Argentina están en curso, añadió.

"Involucrarse en cualquier aparición no aprobada puede causar grandes desafíos a la fe de uno y es importante recordar que la centralidad de nuestra fe se debe encontrar en las palabras y obras de Jesucristo en los Evangelios, no en las supuestas apariciones", afirmó O’Neil.

Asimismo, O’Neil aconsejó que “si los fieles encuentran que los mensajes los ayudan a acercarse a Cristo, los mensajes ciertamente pueden proporcionar un gran beneficio espiritual, pero probablemente no sean pociones secretas para protegerse de los virus”.

Este consejo es de sentido común para la mayoría de los católicos, entonces, ¿por qué estas revelaciones están afectando tanto a la población católica?

Podría deberse a un movimiento entre algunos católicos para considerar la atención médica “natural” como mejor por ser “regalos de Dios”. Sin embargo, como advierte el Dr. Rickert, esta noción es “un truco” porque “todo lo que existe proviene de Dios”, incluida la ciencia.

Otra posible razón para adoptar métodos alternativos para prevenir el COVID-19 podría ser la ansiedad natural causada por la pandemia.

“Incluso para las personas religiosas, las 'revelaciones' divinas que prometen curación a través de aceites esenciales u otras fórmulas, pueden parecer dar paso a ‘soluciones mágicas’ y una forma de ‘mantener el control’, en lugar de enfrentar nuestros miedos y entrar en una aceptación espiritual más profunda del Plan Divino, un plan que puede incluir pasar por el valle de la muerte”, dice el P. Tadeusz Pacholczyk, Ph.D. y Director de Educación en el Centro Católico Nacional de Bioética.

“Con respecto al COVID-19, necesitamos confiar en estudios de investigación realizados adecuadamente, en lugar de reclamos de visionarios, pues buscamos desarrollar medicamentos o tratamientos que ofrezcan beneficios protectores o terapéuticos”, dijo el P. Pacholczyk.

“Dios tiene la intención de que usemos la ciencia y la medicina para hacer retroceder la enfermedad, pero siempre debemos moderar nuestro impulso de supervivencia con una sobriedad sobre la finalidad, la inevitabilidad y la imprevisibilidad de la muerte. La perspectiva del ‘Ladrón en la noche’ debería llamar más nuestra atención que cualquier ‘Aceite de ladrones’”, concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en NCR.

 

 

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