Al concluir una nueva edición del encuentro semestral, los obispos de la frontera de Texas, en Estados Unidos, y México, aseguraron que “nos llena de luto el que muchos, en busca de un futuro mejor, han perdido la vida”.
Los obispos también expresaron su angustia, dolor y tristeza por la incertidumbre y rechazo que enfrentan quienes solicitan asilo, así como el creciente racismo y discriminación.
Con #MisaDominical en #Catedral @DiocesisMat, los obispos de la frontera #Texas - #México concluimos nuestra reunión. #Jesús se hizo nuestro servidor para darnos vida gratuitamente. Cómo él, demos gratuitamente lo mejor de nosotros a los demás, especialmente a los #migrantes pic.twitter.com/qUTEqUxcK2
— Mons Eugenio Lira R (@MonsLira) September 1, 2019
Además, señalaron, “nos hiere el drama que padecen los deportados que ven truncados sus sueños, esfuerzos y sacrificios, y que retornan sin dinero y con deudas a condiciones peligrosas”.
Los obispos de la frontera de Texas y México se reunieron del 30 de agosto al 1 de septiembre en la diócesis mexicana de Matamoros, que colinda con Brownsville, en Estados Unidos.
“Continuaremos abogando a favor de los derechos humanos de los pobres y de los migrantes, en particular de los niños, niñas, y adolescentes, insistiendo a los gobiernos de Estados Unidos, México, Canadá, Centro América y el Caribe, en la urgente necesidad de crear una área geográfica que tenga las condiciones para ofrecer a todos la posibilidad de un desarrollo integral, y una vida digna y en paz”, manifestaron, para luego pedir la intercesión de la Virgen de Guadalupe y la ayuda de Dios para que todos “contribuyamos a construir un mundo en el podamos vivir como hermanos”.
En el encuentro participaron, por Estados Unidos, el Obispo de Brownsville, Mons. Daniel Flores; el Obispo Emérito de Brownsville, Mons. Raymundo Peña; el Obispo Auxiliar de Brownsville, Mons. Mario Avilés; el Obispo de El Paso, Mons. Mark Seitz; el Obispo Emérito de San Angelo, Mons. Michael Pfeifer; y el Obispo de San Antonio, Mons. Gustavo Garcia-Siller.
Por parte de México asistieron el Obispo de Ciudad Juárez, Mons. José Guadalupe Torres Campos; el Obispo de Laredo, Mons. James Tamayo; el Obispo de Linares, Mons. Hilario González García; el Obispo de Matamoros, Mons. Eugenio Lira Rugarcía; el Obispo de Nuevo Casas Grandes, Mons. Jesús José Herrera Quiñonez; el Obispo de Nuevo Laredo, Mons. Enrique Sánchez Martínez; el Obispo de Piedras Negras, Mons. Alonso Garza Treviño; y el Obispo de Saltillo, Mons. Raúl Vera López.
El 31 de agosto, los obispos celebraron la Misa en el bordo del Río Bravo, que separa Estados Unidos y México, y pidieron a Dios por los migrantes vivos y fallecidos.
Los obispos de la frontera #Texas - #México, sacerdotes y fieles ofrecimos la #SantaMisa en el bordo del #RíoBravo @DiocesisMat para pedir a #Dios por nuestros hermanos #migrantes vivos y difuntos, y para que comprendamos que él nos los confía pic.twitter.com/ia0rOVnaMj
— Mons Eugenio Lira R (@MonsLira) September 1, 2019
En diálogo con ACI Prensa, Mons. Eugenio Lira, Obispo de Matamoros, destacó que el drama de los migrantes es “una realidad que cambia rápido y frecuentemente, y esto exige que estemos atentos para poder responder adecuadamente”.
Los obispos, dijo, “continuaremos nuestro diálogo con las autoridades de nuestros países, para que se siga respetando la vida, la dignidad y los derechos fundamentales de todas las personas, particularmente de los migrantes, y se excluyan aquellas situaciones que obligan a muchos a migrar. Por ejemplo la pobreza, la desigualdad, la violencia”.
Además, indicó, “vamos a continuar atendiendo a los migrantes con todo lo que nosotros podemos, particularmente a través de nuestras casas de migrantes y otros lugares de atención que tenemos para ellos”.
“Incluso adaptándonos a nuevas situaciones, como es el hecho de que en algunas ciudades fronterizas los migrantes ya no van tanto a las casas de migrantes sino que se quedan haciendo una especie de campamento en los puentes a fin de no perder su lugar para el trámite de solicitar asilo. Eso ha requerido que nosotros nos adaptemos y vayamos hacia ellos para llevarles alimentos, ropa, brindarles el apoyo que podamos”.
El obispo mexicano destacó que es clave “continuar nuestra tarea ante todo evangelizadora, que es la mejor forma de crear una cultura que respete, promueva y defienda la vida, la dignidad y los derechos de todas las personas, particularmente de los migrantes”.
“Es importante que continúe la conciencia de que el Señor nos confía a los migrantes para que podamos, como dice el Papa, acogerlos, integrarlos, protegerlos y promoverlos. Y creo que precisamente la tarea evangelizadora de la Iglesia favorece todo esto, porque nos lleva a tomar conciencia de que todos somos hijos del mismo Padre y por lo tanto hermanos. No podemos ver al otro como algo, sino como alguien”.
“Seguirá siendo siempre actual la invitación que Jesús nos hace de hacer al otro lo que nos gustaría que hicieran con nosotros”, expresó.
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