En la festividad de San Juan de Ávila, patrón del clero secular español, el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, habló sobre la “fuerza de la debilidad” en el seminario de Madrid y subrayó que los mártires contemporáneos muestran que el “verdadero poder” es “el amor y la misericordia de Dios”, que es más fuerte “que la muerte y que nuestros pecados”.
El Obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, impartió la lección magistral “La fuerza de la debilidad”, en el seminario conciliar de Madrid, durante la celebración de la fiesta de San Juan de Ávila, patrón del clero secular español.
Mons. Martínez Camino también habló sobre su libro “Martirologio matritense del siglo XX”, ya que según afirmó “la Iglesia de Madrid es una Iglesia martirial” en donde se recogen la vida de 427 sacerdotes y seminaristas que murieron durante la persecución religiosa de los años 30.
Según recoge el semanario Alfa y Omega, el Obispo Auxiliar de Madrid aseguró que estos mártires “eran conscientes de lo que les esperaba, no les pilló por sorpresa. Tenían asumido lo que les acechaba a la vuelta de la esquina, porque sabían lo que había ocurrido en México y en Rusia, así como en España desde el año 1931 y especialmente desde 1934”.
De hecho el Prelado también recordó cómo durante las ordenaciones sacerdotales que tuvieron lugar en 1936, durante la Guerra Civil española, el Obispo Leopoldo Eijo y Garay dijo “el que tenga madera de mártir que dé un paso hacia el altar” y todos los diáconos que iban a ser ordenados sacerdotes lo dieron.
“Aquí se juega el ser o no ser cristiano, ser sacerdote de Jesucristo y no otra cosa. Los mártires nos devuelven al realismo de nuestra fe, porque no se puede servir a Dios y a los poderes del mundo, a veces disfrazados de razones apostólicas y amor a la Iglesia, en lo que supone una mundanidad espiritual”, aseguró Mons. Martínez Camino.
El Obispo Auxiliar de Madrid también subrayó que los mártires contemporáneos muestran que el “verdadero poder” es “el amor y la misericordia de Dios” que es más fuerte “que la muerte y que nuestros pecados”.
También manifestó que espera que este libro sirva para que “no tengamos miedo de sufrir con Cristo y compartir su Cruz gloriosa”.
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