El Presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. Joseph Naumann, llamó a todas las personas a defender a los bebés del Estado de Virginia luego de la presentación de un proyecto de ley que permitiría el aborto durante todo el embarazo, tal como se aprobó en Nueva York.
“Un legislador de Virginia ha introducido un proyecto de ley que permitiría a un bebé a ser abortado a los nueve meses (de embarazo), incluso si la madre está a punto de dar a luz. Esta legislación conmociona la conciencia y el gobernador de Virginia la hace más atroz y sugiere la permisibilidad de negar la atención a los bebés nacidos vivos durante el aborto. Esta falta de respeto sin sentido para una nueva vida humana es horripilante”, dijo el también Arzobispo de Kansas City, Mons. Naumann, en un comunicado emitido este 1 de febrero.
En ese contexto, indicó que todos los obispos del país se suman a los prelados de Virginia para “instar a todas las personas de buena voluntad a ponerse firmes para defender a los bebés nacidos y no nacidos de una legislación que permite sus muertes espantosas”.
En Nueva York, el martes 22 de enero fue aprobada la denominada Ley de Salud Reproductiva de Nueva York con 38 votos a favor y 24 en contra, luego de una larga pelea legal que comenzó en 2007.
La ley permitirá los abortos durante todo el embarazo y podrán ser efectuados por profesionales de la salud como practicantes de enfermería y médicos asistentes. Además avala el aborto tardío en cualquier momento en caso de inviabilidad fetal o “cuando sea necesario para proteger la vida o la salud de un paciente”.
La norma, aprobada el día del aniversario del fallo Roe vs Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973, también transfiere esta práctica del código penal al código de salud.
La norma establece que el aborto seguirá siendo legal en el estado de Nueva York, incluso si es que la Corte Suprema revierte el fallo de Roe vs Wade.
El día de la aprobación de la ley fue calificado por los obispos de Nueva York como “un capítulo triste” para la historia. “Nuestro querido estado se ha convertido en un lugar más peligroso para las mujeres y sus bebés no nacidos”, indicaron en una declaración el 23 de enero.
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