La Diócesis de Lincoln, en Nebraska (Estados Unidos), reconoció los informes de conducta sexual inapropiada cometidas por el exdirector de vocaciones Mons. Leonard Kalin, ya fallecido, y que fueron presentados por el exsacerdote Peter Mitchell.
En una declaración del 1 de agosto, la Diócesis de Lincoln dijo que “conoce los informes anteriores de conducta contraria a la prudencia y la ley moral por parte de Mons. Leonard Kalin, fallecido en 2008”.
“La Diócesis abordó estas acusaciones de mala conducta directamente con Mons. Kalin durante su tiempo en el ministerio sacerdotal”, indica la declaración, agregando que la diócesis no sabe si Kalin violó leyes civiles.
“La Diócesis de Lincoln también está al tanto de los informes anteriores de conducta contraria a la prudencia y la ley moral por parte del exsacerdote de la Diócesis de Lincoln, Peter Mitchell (autor del informe sobre Kalin). La diócesis abordó estas acusaciones de mala conducta directamente con Mitchell durante su tiempo de ministerio en la Diócesis de Lincoln”, prosigue.
En su declaración, la diócesis enfatizó que “informa todas las presuntas violaciones del derecho civil a las autoridades correspondientes, y se compromete a abordar todas las violaciones a la prudencia, moralidad o derecho civil por parte del clero, empleados y voluntarios en el momento en que se denuncian”.
La declaración vino en respuesta a un artículo publicado el 1 de agosto en American Conservative por Peter Mitchell, exsacerdote que asistió a un seminario en la Diócesis de Lincoln. Mitchell fue retirado del estado clerical en 2017 tras quebrar su voto de celibato en varias ocasiones.
El artículo de Mitchell habla de Mons. Leonard Kalin, director vocacional de la Diócesis de Lincoln y párroco del Centro Newman de la Universidad de Nebraska entre 1970 y 1990.
Si bien Mons. Kalin era muy respetado por su ortodoxia y por atraer vocaciones, Mitchell dijo que llevó una vida de inmoralidad sexual y dio un mal ejemplo a los seminaristas que supervisó.
Además, dijo que Kalin regularmente pedía a los seminaristas que lo ayudaran a bañarse, dando la excusa de que era viejo y necesitaba ayuda, y luego hacía “avances sexuales”.
También dijo que invitaba a seminaristas a Las Vegas y les exigía que se reunieran con él a altas horas de la noche en el Newman Center, antes de invitarlos a su habitación a tomar una copa.
Quienes rechazaban sus invitaciones eran tratados como inferiores, dijo.
En una ocasión, Mitchell contó que otro seminarista le interrogó sobre su lealtad a Kalin, por haberse quejado ante el entonces Obispo de Lincoln. Mitchell no recibió una respuesta del prelado de ese entonces.
“Experimenté una discriminación profunda como seminarista y más tarde como sacerdote porque era heterosexual en un entorno abrumadoramente homosexual donde los sacerdotes gay sexualmente activos se protegían y se promovían mutuamente”, dijo Mitchell.
Mitchell afirmó que nunca se bañó con Kalin o lo acompañó a beber a altas horas de la noche.
CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– contactó a Mitchell para solicitar detalles adicionales, sin embargo, no respondió antes de la fecha de cierre de esta edición.
En su artículo, Mitchell dijo que “su vida como sacerdote se vio indudablemente afectada por la formación totalmente inadecuada y abusiva” que recibió, en términos de preparación “para una vida sana como un hombre heterosexual y célibe”.
Asimismo, reconoció y lamentó sus propias violaciones del celibato.
“Sin embargo, soy muy consciente de que las personas a quienes se confió mi formación en el seminario me modelaron conductas adictivas y a una generación entera de jóvenes que ahora son sacerdotes”, dijo.
Mitchell advirtió que el comportamiento de Kalin ha tenido efectos duraderos en la diócesis.
“Aunque Kalin falleció en 2008, los seminaristas que favoreció se convirtieron en los sacerdotes que continúan llevando las riendas del poder eclesiástico. Hasta el día de hoy, cualquiera que trate de hablar críticamente del comportamiento y el legado de Kalin recibe un código de silencio para ‘el bien de la Iglesia’”, relató.
“Si alguna vez traté de expresar frustración con el trato que me daba el monseñor, los sacerdotes en posiciones de poder sobre mí rápidamente me callaban, casi en forma de robot decían: ‘Aunque pudo haber tenido algunos defectos, fue muy ortodoxo y reclutó tantas vocaciones’”, afirmó.
Mitchell cree que hay varios sacerdotes en la diócesis que tuvieron malas experiencias con Kalin o que sabían de su mala conducta, pero tienen miedo de hablar por temor a represalias.
“Desafortunadamente, es extremadamente difícil para los sacerdotes activos declarar porque los hombres contra los que hablarían controlan todos los aspectos de sus vidas y sus reputaciones. Pero tiene que suceder por su propio bien y por el bien de la Iglesia”.
La Diócesis de Lincoln dijo que “se esfuerza por mantener una cultura de santidad, castidad, integridad y alegría como la de Cristo entre nuestros seminaristas y sacerdotes”, y que se comprometen “a mantener los altos estándares de conducta casta a los que el Señor nos llama”.
En su declaración, la diócesis pidió a cualquier sacerdote, religioso, seminarista o laico comunicar a la cancillería diocesana o a la justicia cualquier información o inquietud sobre una mala conducta pasada o presente en una parroquia, escuela o apostolado.
El actual Obispo de Lincoln, Mons. James Conley, comentó el artículo de Mitchell en su columna del 3 de agosto para el Southern Nebraska Register.
Examinando las acusaciones contra Kalin y el Arzobispo Emérito de Washington, Theodore McCarrick, quien fue retirado del colegio de cardenales el fin de semana pasado, Mons. Conley enfatizó que Cristo camina junto a los heridos en su dolor e ira.
“Debido a que la sexualidad es un regalo tan poderoso, creo que el malvado –Satanás– nos tienta a pecar contra la castidad y a abusar de nuestra sexualidad, porque al hacerlo puede causar un gran daño a los amados hijos del Señor”, dijo.
Mons. Conley se disculpó en nombre de la Iglesia con aquellos que habían sido perjudicados por sus miembros y líderes. Les pidió a los católicos que recen por las víctimas de abuso sexual y mala conducta.
“Cristo promete una nueva vida. Que renueve su Iglesia y renueve los corazones de los que sufren”, agregó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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