Según explica a Obras Misionales Pontificias, la Iglesia ha tenido “un gran crecimiento en el sur y este del mundo”, lo que ha dado lugar a numerosas Iglesias locales bien establecidas “aunque continúan necesitando nuestro apoyo”.
“La novedad más bella es el entusiasmo y la generosidad con que estas comunidades cristianas se están comprometiendo en el sostenimiento de las "vocaciones nativas" no sólo en sus países, sino también en todas las otras iglesias necesitadas”, ha subrayado el P. Domingues.
Además también ha recordado que en sus viajes a los seminarios y noviciados en tierras de misión ha sentido de nuevo “la alegría de ser sacerdote misionero”, “me he confirmado en la convicción de que una vida entregada a Jesús para hacer crecer su Iglesia, sobre todo donde hay mayor necesidad, es una vida bella, aunque sea muy exigente”.
Además ha subrayado que “cuando se sienten llamados por Cristo, los jóvenes son generosos y no tienen miedo a las dificultades y a la incertidumbre del futuro”.
Sobre el aumento de vocaciones en algunos países de misión, mientras que en Occidente el número de sacerdotes y religiosas disminuye, el P. Domingues lo atribuye a que “en las zonas de misión, la comunidad cristiana es un lugar de pertenencia y de apoyo, no tanto una ‘agencia que provee productos religiosos’". “la gente tiene un fuerte sentido de pertenencia a su comunidad cristiana, algo que se nota particularmente en la alegría de la Misa dominical”.
También ha asegurado que “la comunidad cristiana invierte gran parte de sus fuerzas en responder a las necesidades de los más pobres y abandonados. La figura del sacerdote es un ideal que atrae. Recuerdo que cuando visitaba las comunidades cristianas en la periferia de Nairobi, junto a una misionera comboniana, eran los mismos jóvenes, ellos y ellas, quienes me confiaban: ‘Dan ganas de ser como vosotros’".
España es uno de los grandes contribuyentes al Fondo Universal de Solidaridad de las Obras Misionales Pontificias a pesar de que la crisis ha afectado a tantas familias a nivel global y eso también se ha notado en las colectas para sostener la actividad misionera de la Iglesia.
Sin embargo, el P. Domingues asegura que en 2014 la ayuda para la formación de nuevas religiosas y sacerdotes creció considerablemente “incluso en tiempos de crisis, la generosidad de nuestros fieles continúa siendo grande”.
La crisis del ébola ha afectado a muchos países, entre ellos Sierra Leona donde se cerraron los seminarios y algunos noviciados. “Me ha conmovido recibir una carta enviada por un seminario que pedía a nuestra Obra de San Pedro Apóstol que suspendiese la ayuda económica programada para este año, porque los seminaristas se habían quedado en casa. Naturalmente, hemos ayudado lo mismo: en una situación de crisis como esa, todo gesto de solidaridad vale un tesoro”, ha recordado.
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