En respuesta a las recientes protestas ciudadanas contra la dictadura en Cuba, el Episcopado de Estados Unidos expresó su solidaridad con los obispos de la isla y los ciudadanos afectados por la represión del Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
“Mientras continúan las protestas en Cuba y entre la diáspora en los Estados Unidos, nos gustaría expresar nuestra solidaridad, así como la de nuestros hermanos obispos en los Estados Unidos, con nuestros hermanos en el episcopado cubano, y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad en Cuba”, señala un comunicado del 19 de julio firmado por Mons. José Gomez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), y Mons. David J. Malloy, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz.
Las protestas contra el régimen comenzaron el domingo 11 de julio, reclamando cambios tras meses de escasez de alimentos, medicinas y el colapso de los hospitales por la pandemia de coronavirus.
Las protestas empezaron en el pueblo de San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, en el occidente de Cuba; luego, las marchas se extendieron y llegaron a producirse en 50 localidades de la isla, incluyendo La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba.
En redes sociales y medios internacionales se denunció el arresto de un número indeterminado de manifestantes.
Citando el comunicado del 12 de julio de los obispos cubanos, el Episcopado norteamericano precisó que “no se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación, sino cuando se ejercite la escucha mutua, se busquen acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión, a construir la Patria ‘con todos y para el bien de todos”.
Mons. Gomez y Mons. Malloy aseguraron que, “con el mismo espíritu que los obispos cubanos, instamos a Estados Unidos a buscar la paz que proviene de la reconciliación y la concordia entre nuestros países”.
En ese sentido, recordaron que durante décadas, la USCCB, “junto con la Santa Sede y los obispos cubanos, ha pedido un compromiso cultural y comercial sólido entre Estados Unidos y Cuba como medio para ayudar a la isla a lograr una mayor prosperidad y transformación social”.
“Oramos para que Nuestra Señora de la Caridad, nuestra madre, cuide a sus hijos en Cuba y que, juntos, nuestros países puedan crecer en amistad en interés de la justicia y la paz”, concluye el comunicado de los prelados estadounidenses.
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