En los últimos tres meses, más de 500 cruces de las iglesias de la provincia de Anhui en China han sido eliminadas por el régimen comunista, sin que las autoridades católicas y protestantes puedan resistirlo.
Según UCA News, desde mediados de abril el Gobierno chino ha eliminado más de 500 cruces de iglesias cristianas y lugares públicos en la provincia de Anhui, como parte de una campaña del Gobierno que buscaría quitar el símbolo cristiano de la mirada pública.
China’s communist authorities continue their spree of removing crosses from Christian churches and public places.
— UCA News (@UCANews) June 30, 2020
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Paul Lee, un predicador protestante en la ciudad Suizhou de Anhui, dijo que todas las cruces de las iglesias en la ciudad han sido removidas, excepto una que pertenece a una iglesia de un siglo de antigüedad considerada patrimonio nacional.
“Sin esta iglesia, la señal de la cruz no habría podido sobrevivir en esta ciudad”, dijo Lee y afirmó que se han eliminado la mayoría de las cruces pertenecientes a iglesias en un tramo de 500 kilómetros desde Zhejiang a Anhui.
Asimismo, Lee explicó que ni la Asociación Patriótica Católica China, aprobada por el estado, ni la Conferencia de los Obispos en China pueden oponerse al retiro de las cruces. “El clero en Anhui no quiere causar problemas. Le tienen miedo al Gobierno”, añadió el pastor protestante.
Una iglesia en una zona turística de Anhui ha estado negociando con las autoridades para salvar su cruz durante más de quince días.
“Muchos turistas visitan esta área. Si se derriba la cruz, pierde el símbolo de nuestra iglesia y el signo del cristianismo”, dijo el P. Joseph, un sacerdote católico local. Además, el sacerdote instó a los feligreses a proteger la cruz e informó al Obispo de Anhui, Mons. Liu Xinhong sobre la disposición del Gobierno de derribar la cruz.
“El Obispo [Mons. Liu Xinhong] dijo que cuando la cruz sea derribada, tome fotos para guardar la evidencia. El Obispo expresó su incapacidad para enfrentar a las autoridades. Después de todo, esto siempre ha estado bajo el control del Gobierno y el obispo Liu no tiene nada que decir al respecto”, dijo el P. Joseph.
Otro sacerdote perteneciente a la iglesia subterránea en Anhui dijo que todas las cruces en sus iglesias habían sido removidas sin excepción y que la iglesia subterránea es leal al Vaticano y no acepta ser sancionada por el régimen.
Asimismo, señaló que en el pasado pudieron construir iglesias y realizar actividades eclesiales a pesar de la represión, pero que “ahora se demuelen las cruces y se restringen las actividades de la Iglesia”.
Liu Xiaoman, un cristiano en Hefei, capital y ciudad más grande de Anhui, dijo que “después de que las cruces fueron derribadas en Zhejiang, el Partido Comunista Chino está extendiendo su juego a otras partes del país. Pueden hacer lo que quieren”.
En octubre de 2019, una iglesia en el condado de Guantao fue demolida por “ocupar ilegalmente tierras cultivables”. Solo este año, se han eliminado las cruces de dos iglesias en el condado de Qiu en Hebei.
Desde octubre de 2018 que comenzó la campaña del Gobierno chino para eliminar cruces, se han retirado miles de ellas en las diócesis de las provincias de Zhejiang, Henan, Hebei y Guizhou por una supuesta violación de las leyes de planificación.
Lam, un pastor de una iglesia en casa, movimiento religioso de asambleas no registradas de cristianos en China, dijo que las iglesias en casas han sido suprimidas por las autoridades y no tienen un lugar fijo de culto.
“El Partido Comunista Chino está intimidando a la Iglesia porque es demasiado débil”, dijo Lam y señaló que si bien la demolición de la cruz no lo afectó, la prohibición de las autoridades de la existencia de iglesias en casas les hará difícil encontrar un lugar de culto en el futuro.
A inicios de mayo, el P. Chen, un sacerdote de Anhui, dijo que la persecución a la Iglesia ha aumentado desde que en setiembre del 2018, el Vaticano firmó un acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos, que busca fusionar la iglesia abierta administrada por el estado con la iglesia clandestina leal al Vaticano.
Además, el P. Chen indicó que el régimen chino no ha parado esta persecución ni siquiera cuando el nuevo coronavirus estaba en su apogeo en el país, y llamó a los católicos de todo el mundo a unirse para restaurar los derechos de los cristianos en China.
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