El secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Mons. Juan Ignacio Arrieta, explicó las razones por las cuales el proceso sinodal que planea la Iglesia en Alemania no puede ser vinculante.
“Es inútil que nadie pretenda que el Sínodo alemán sea vinculante porque nadie le puede dar esa autoridad al Sínodo alemán. Nadie puede vincular a los fieles más allá de lo que pueden ser vinculados y a los pastores más allá de lo que pueden ser vinculados”, dijo el Prelado en el programa Cara a Cara de EWTN, en un episodio que será transmitido dentro de poco.
“Los pastores dependen del Papa y solamente la autoridad del Papa puede transferir una autoridad al Sínodo para que sea vinculante. Si no hay ese acto de transferencia, de decir ‘esto que sea vinculante’ o ‘acepto que este acto sea vinculante’, pues nadie puede sentirse vinculado”, resaltó el Obispo de origen español.
“Es inútil que alguien lo diga, o que alguien lo pretenda o lo escriba en una norma porque esa norma por sí misma no tendría fuerza”, insistió.
La autoridad vaticana recordó luego que “en la Iglesia el positivismo no existe, no es posible. Lo que verdaderamente vincula a la Iglesia, a los fieles son los sacramentos, la palabra de Cristo. Con lo cual la fuerza vinculante que vaya contra los sacramentos o el modo de funcionar no funciona, eso simplemente no es posible aunque lo digan”.
El positivismo jurídico es la filosofía legal según la cual las leyes se eligen democráticamente sin ninguna relación con el orden natural.
El Sínodo Alemán o el proceso sinodal en Alemania
El 25 de septiembre la Conferencia Episcopal Alemana aprobó los estatutos para la creación de una asamblea sinodal con el Comitié de Católicos Alemanes (ZdK). Este grupo, que estuvo de acuerdo en participar en el proceso sinodal si las resoluciones de la asamblea son “vinculantes”, revisará y aprobará el texto aprobado por los obispos.
El ZdK es un polémico grupo laico cuyos líderes promueven el cambio de la moral sexual de la Iglesia, una mayor participación de las mujeres y la bendición de parejas homosexuales.
A finales de agosto, el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, del que Mons. Arrieta es secretario, realizó una evaluación de los estatutos y señaló que el rol del ZdK como participantes del mismo nivel que los obispos alemanes en la asamblea era un motivo de preocupación.
La evaluación fue enviada por el Cardenal Marc Ouellet al presidente del Episcopado alemán, Cardenal Reinhard Marx.
El Pontificio Consejo explicó que la figura que propone la Iglesia en Alemania no es un sínodo, es decir un cuerpo consultivo, sino un concilio particular, una figura canónica que puede legislar y enseñar con autoridad solo si cuenta con la aprobación explícita del Pontífice.
También se indicó entonces que lo planteado por los obispos alemanes “no era eclesiológicamente válido” y busca tratar temas que “no pueden ser objeto de deliberaciones o decisiones de una Iglesia particular sin contravenir lo que ha sido expresado por el Santo Padre”.
Luego de reunirse con el Papa Francisco y con el Cardenal Ouellet la semana pasada, el Cardenal Marx insistió en que “el proceso sinodal vinculante” no puede ser clasificado como concilio o sínodo sino como algo único.
La grave crisis de la Iglesia en Alemania
En los primeros días de septiembre, el Cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, dijo que “se puede llegar a la conclusión de que tiene sentido, bajo ciertas condiciones y en ciertas regiones, permitir sacerdotes casados”. Estas se declaraciones cobran mayor importancia ya que el Cardenal participará del 6 al 27 de octubre en el Vaticano del Sínodo de la Amazonía, cuyo documento de trabajo plantea la posibilidad de ordenar a hombres casados como sacerdotes.
El Cardenal ha hecho también otras polémicas declaraciones en las que, entre otras cosas, alentó el acceso a la comunión de los divorciados en nueva unión, promovió que los sacerdotes católicos bendigan parejas homosexuales y sugirió que los laicos prediquen en Misa.
Asimismo, y también en el marco del Sínodo de la Amazonía, algunos obispos alemanes asistieron a fines de junio a una reunión privada en Roma, entre los que estaban el Cardenal Walter Kasper, que promueve públicamente el acceso a la Eucaristía de los divorciados en nueva unión.
En una entrevista en 2018, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Franz-Josef Bode, dijo que si se autoriza la ordenación de sacerdotes casados en la Amazonía, entonces los obispos alemanes insistirían para tener ese mismo permiso. En enero de ese año también dijo estar a favor de bendecir a parejas homosexuales.
De otro lado, Mons. Franz-Josef Overbeck, Obispo de Essen y presidente de Adveniat, institución de ayuda de la Iglesia en Alemania para América Latina, dijo que el Sínodo de la Amazonía “es un punto de no retorno” para la Iglesia y que “nada será lo mismo” después de este encuentro.
El Prelado también apoyó públicamente la “huelga de mujeres” contra la Iglesia en Alemania, convocada por un grupo de católicas tras el no del Papa Francisco a la ordenación de diaconisas.
A mediados de julio de este año la Conferencia Episcopal de Alemania dio a conocer algunas estadísticas de 2018, entre las que destaca que en el periodo fueron más de 216 mil fieles los que decidieron abandonar la Iglesia Católica.
Asimismo, de los 23 millones de bautizados en el país, de una población total de 83 millones, el porcentaje de los que asisten a la Misa dominical está en un 9.3%, es decir alrededor de 2,1 millones.
En el caso de los sacerdotes que sirven en las diócesis del país, el número ha descendido a 1.161 en 2018, cuando eran más de 17 mil en el año 2000.
Las estadísticas también señalan que en el año 2000 las parroquias en Alemania eran 13.241. En 2018 descendieron a 10.045.
Las estadísticas de 2018 no proporcionan ninguna información sobre el sacramento de la Reconciliación o Confesión, una práctica que parece haber sido abandonada casi por completo por los católicos del país, incluidos los sacerdotes.
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