Mons. Eduardo Hiiboro Kussala, Presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán del Sur y Sudán, afirmó que el gesto de humildad que tuvo el Papa Francisco con los líderes políticos africanos, al besarles los pies durante el retiro espiritual en el Vaticano, dio un fuerte mensaje para la paz en esa nación.
El Santo Padre hizo este especial signo el 11 de abril, al concluir el retiro espiritual realizado en el Vaticano con los líderes políticos de Sudán del Sur, como una forma de contribuir al proceso de paz en este país.
En entrevista concedida a ACI Prensa en Sudán del Sur, el también Obispo de Tombura-Yambio señaló que “las reacciones y las impresiones han sido muy fascinantes y muy alentadoras, motivadoras. Nos sentimos sobrepasados y muy honrados por el jefe de nuestra Iglesia, el Papa que es el Vicario de Cristo”.
El Prelado, que también fue presidente de la comisión interreligiosa que promovió las conversaciones de paz en Addis Abeba en 2018, expresó que “el hecho de que este Papa en particular aliente al pueblo de Sudán del Sur, desde el primer día de su pontificado hasta hoy, ha generado una atracción extraordinaria y una buena relación con el país”.
Además, dijo, Francisco “ha ido más allá de nuestras expectativas y pensamientos al haber invitado a los líderes del país al Vaticano para unirlos en oración y para hacer frente a la lucha en este país”.
En este evento, continuó, “la gente ha visto a los responsables de este país en el Vaticano. El Papa les habla desde su corazón y ha besado sus pies. Ha sido para nosotros un milagro, y nos ha hecho muy humildes y ha dado un mensaje fuerte. Que él haya besado sus pies eso nos dice a los obispos que tenemos que hacer lo mismo por el otro para que haya paz”.
Sudán del Sur se independizó de Sudán (África) en 2011. Sin embargo, en diciembre de 2013 estalló una sangrienta guerra civil hasta que septiembre de 2018 se firmó un acuerdo que exigía un gobierno unificado, formado por ambas partes que comenzaría a regir el país el 12 de mayo de 2019.
El acuerdo fue firmado por el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, y el exlíder rebelde, Riek Machar. Según informa Reuters, los requisitos más importantes del tratado, incluida la integración de sus fuerzas armadas, aún no se han cumplido.
La guerra ha generado una grave crisis humanitaria en el país.
Mons. Hiiboro dijo a ACI Prensa que “la paz se está construyendo. No es un evento. Se puede cambiar con los eventos, con el tiempo, con cualquier cosa; pero nuestro trabajo tiene que seguir para mantener realmente la paz en este país”.
“El hecho de que nuestro jefe, nuestro líder, haya besado los pies de nuestros líderes políticos nos ha llenado de energía, nos ha dado nuevos ímpetus para seguir en la forma en que ahora nos toca besar los pies de los líderes y a la gente de Sudán del Sur para mantener la paz que merecemos”, continuó
“De ese modo no vamos a descansar, no vamos a dormir, no nos vamos a sentar. Que el Papa haya besado los pies hace que nosotros sigamos adelante besando los pies de unos y otros, trabajando para estabilizar este país”, prosiguió el Prelado.
Tras señalar que ya ha habido suficiente tiempo para trabajar en la implementación del tratado de paz, el Obispo explicó que se debe recordar que “considerando las décadas de mutua desconfianza que hay entre las distintas fuerzas, no es algo fácil hacerlo”.
“Creo que nos toca ser flexibles al ofrecer tiempo, no hay que apurarse ni hacer las cosas de modo brusco. El trabajo de la paz tiene que hacerse pacíficamente. Decimos a las partes que tienen que ver esto en busca de la unidad”, precisó.
Mons. Hiiboro dijo además que es necesario “trabajar para las partes puedan defender la Constitución y no a su comandante o líder de turno”.
El trabajo de la Iglesia en Sudán del Sur
Sobre la labor de la Iglesia Católica en Sudán del Sur, el Prelado dijo a ACI Prensa que “hacemos mucho, pero déjeme darle un ejemplo muy cercano aquí. En todos los lugares donde estamos los obispos hemos trabajado muchas veces juntos, ecuménicamente, otras veces con otras religiones y también individualmente”.
“Aquí en este estado tenemos más de 20 mil hombres y mujeres jóvenes armados. Nosotros dijimos que, como Iglesia, no podemos sentarnos y verlos matarse, así que fuimos a buscarlos al bosque con gente de otras iglesias”, relató.
Al final, explicó el Obispo, “pudimos sacar a 10 mil jóvenes hacia los pueblos y muchos han sido integrados en el gobierno, trabajando en el proceso organizativo. Otros en actividades económicas y programas. Así pudimos estabilizar la situación. Este es un buen ejemplo, lo que hicimos aquí y se tiene que hacer en otros lugares”.
Además de esta importante labor, los obispos sudaneses “también estamos involucrados en la reconciliación del día a día entre las distintas comunidades. Las diferencias étnicas son un desafío aquí y nos involucramos en eso”.
“Hacemos un esfuerzo grande por reconciliar a la gente ante el dolor. Los jóvenes que salieron del bosque, los más de 10 mil, han matado gente, han destruido cosas. Cuando vinieron preparamos a la comunidad para recibirlos y preparamos a los jóvenes para que aprendan a pedir perdón”.
Tras animar a la comunidad internacional a no rendirse “con Sudán del Sur porque hay cosas buenas”, el Obispo dijo: “Créanlo, esta es la forma de seguir adelante. No podemos parar eso y tenemos que seguir creando paz, detectando los problemas. No hay fórmula mágica para la paz, eso he aprendido”.
Para concluir, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán del Sur y Sudán compartió con ACI Prensa la necesidad que existe de que los obispos abran los ojos de la gente “espiritualmente para ver las cosas con los ojos de la fe. Y así creer que todos somos iguales y que Dios nos perdona a todos. Por eso confiamos mucho y la gente confía en nosotros. Tenemos que seguir haciendo todo esto”.
Sudán del Sur tiene siete diócesis, de las cuales tres no tienen obispo. Mientras que en Sudán hay dos diócesis y cada una cuenta con su respectivo obispo.
Publicar un comentario