Después del encuentro que mantuvo en el Palacio del Sínodo de Sofía con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, Neófito, el Papa Francisco se trasladó, este domingo 5 de mayo en el contexto de su viaje apostólico a Bulgaria, a la Catedral Patriarcal de San Alejandro Nevski para rezar a los santos Cirilo y Metodio.
El Pontífice se detuvo durante varios minutos en oración delante del iconoclastos de la catedral y, posteriormente, se acercó al trono de los santos Cirilo y Metodio, patronos de Europa y evangelizadores del mundo eslavo.
Antes, en el discurso que pronunció ante la cabeza de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, el Santo Padre señaló que “Cirilo y Metodio, bizantinos de cultura, tuvieron la audacia de traducir la Biblia en una lengua accesible a los pueblos eslavos, para que la Palabra divina precediese a las palabras humanas. Su valiente apostolado permanece como un modelo de evangelización para todos. Un ámbito del anuncio que nos interpela es el de las jóvenes generaciones”.
También, en el discurso que pronunció ante autoridades búlgaras, dijo que los “santos Cirilo y Metodio. Ellos evangelizaron los pueblos eslavos y fueron el origen del desarrollo de su lengua y cultura y sobre todo de abundantes y duraderos frutos de testimonio cristiano y de santidad”.
“Sean benditos los santos Cirilo y Metodio, copatronos de Europa, que, con sus oraciones, su ingenio y su concorde fatiga apostólica son ejemplo para nosotros y permanecen, después de más de un milenio, inspiradores del diálogo fecundo, de la armonía, del encuentro fraterno entre las Iglesias, los Estados y los pueblos. Que su brillante ejemplo suscite también en nuestros días numerosos imitadores y haga surgir nuevos itinerarios de paz y de concordia”.
Patronos de Europa
San Cirilo y san Metodio fueron dos hermanos y religiosos que están considerados como los grandes evangelizadores y apóstoles del mundo de lengua eslava.
Originarios de Grecia, ejercieron su misión evangelizadora en el antiguo estado medieval de Gran Moravia, en Europa del Este, en el siglo IX.
Entre los grandes hitos de su labor evangelizadora está la traducción de los Evangelios a la lengua eslava, para lo cual desarrollaron un nuevo alfabeto conocido como cirílico y en el cual se escriben hoy casi todas las lenguas eslavas.
San Juan Pablo II los proclamó patronos de Europa el 31 de diciembre de 1980.
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