Cardenal pide usar “la fuerza de la oración” ante la “paz amenazada” en el mundo

El pasado sábado 21 de abril tuvo lugar una vigilia de oración y una Misa por la paz en la catedral de Valencia (España), presidida por el Cardenal Antonio Cañizares que animó a creer “en la fuerza de la oración” ante la situación “tan delicada que vivimos, en la que vemos con pavor la paz amenazada”.

El Arzobispo de Valencia también aseguró que “nos hacemos compañeros de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, o de los regímenes opresivos”, y pidió a los representantes de las naciones “el valor de evitar que se propaguen los conflictos, y de acabar con el tráfico de armas de destrucción masiva y de armas químicas letales”.

Para conseguirlo pidió utilizar la único arma que tienen los cristianos y que “es muy poderosa”, a pesar de que “no la usamos lo suficientemente con la esperanza y la confianza que debiéramos”, es decir, “la unidad en la oración y especialmente, la oración de la Eucaristía”,

“Esta es nuestra fuerza, unidos en la oración unánime por la paz”, aseguró el Arzobispo, que también pidió creer en la fuerza de la oración “para que todos los responsables políticos y militares, especialmente de las principales potencias mundiales, se guíen por la vía del diálogo, de la verdad y de la justicia, y la superación de todo interés que no sea el del acuerdo y el bien común, y que procedan a establecer definitivamente la paz”.

“Pedimos que sanen las heridas que han llevado a estas situaciones y que abra las inteligencias y los corazones a la concordia y la búsqueda de soluciones justas”, aseguró el Cardenal Cañizares durante la vigilia de oración y pidió también “que nunca falte la solidaridad y la benevolencia, signo de humanidad, para las gentes que tienen que abandonar sus tierras y huir de enormes penalidades”.

Animó a no olvidarse de las víctimas, “especialmente de los niños y las mujeres que sufren violencia” y subrayó la petición para que “se respete siempre la dignidad humana, se garantice el desarrollo y nos esforcemos hasta la extenuación para conseguir la paz, con un no a la guerra, sí a la paz”.

El Purpurado tuvo un recuerdo especial por Siria, Irak, Venezuela y Sudán en donde hay “rumores de armas de aflicción que traen guerra y destrucción”.

El Arzobispo de Valencia señaló que “Dios es Padre de todos, sólo sobre El podemos edificar una casa común para todos, aunque no lo escuchen o lo rechacen, es la piedra angular que da consistencia y firmeza a todo el edificio de la humanidad, que se construye sobre la roca firme de la paz”.

E insistió en "pedir frutos de paz, comenzando por la amada Siria, tan rota desde hace siete años y tan gravemente amenazada” por lo que pidió de nuevo “unirnos a los esfuerzos de quienes trabajan tan activamente para llevar ayuda y consuelo a la población civil ante una guerra que no cesa”.

Sobre Venezuela, el Cardenal Cañizares explicó que “no dejan de llegar dramáticas noticias”  sobre la situación de este país donde se agravan los enfrentamientos. “Ante ello, nos unimos a las familias y pedimos insistentemente que encuentren la paz tan necesaria como urgente y el respeto al derecho y la justicia”, precisó.

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