El Santuario, donde reposan los restos de la religiosa desde el 19 de febrero de 2006, resalta que la fallecida religiosa vio por primera vez las apariciones de la Madre de Dios cuando tenía 10 años.
La misión de Lucía, señala la web del Santuario, “consistió en divulgar la devoción al Corazón del Inmaculado Corazón de María, como resulta de la descripción que ella misma hace en sus memorias, a partir de la segunda aparición en junio” de 1917.
La hermana Ángela Coelho, vicepostuladora de la causa de beatificación de Sor Lucía, dijo que “llegan hasta nosotros testimonios de gracias concedidas por su intercesión, gracias espirituales como conversiones y algunos relatos de curaciones obradas por su intercesión”.
“Tal como el Papa Francisco afirmó sobre Jacinta y Francisco sobre el hecho que su santidad no es consecuencia de las apariciones, sino del ardor con el que respondieron al privilegio recibido, de poder ver a Santa María, esto también se puede aplicar a Lucía”, agregó.
Nacida el 22 de marzo de 1907 en una localidad cercana a Fátima, la vidente estuvo acompañada por sus primos Jacinta y Francisco Marto durante las apariciones de la Virgen. Ambos primos murieron siendo niños y fueron canonizados el 13 de mayo de 2017 por el Papa Francisco.
Lucía entró en 1921 en el colegio de las Hermanas Doroteas en la localidad de Vilar, en las cercanías de Oporto (norte de Portugal). En 1928 se trasladó a la ciudad española de Tui, donde vivió algunos años y donde también tuvo visiones del Niño Jesús.
En 1946 regresó Portugal y dos años después entró en el Carmelo de Santa Teresa de Coimbra, donde profesó sus votos como carmelita en 1949.
Sor Lucía escribió dos volúmenes con sus "Memorias" y los "Llamamientos del Mensaje de Fátima".
Vivió como carmelita durante 57 años. La fase diocesana de su proceso de beatificación concluyó el pasado 13 de febrero de 2017.
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