El Santo Triduo Pascual es el tiempo especial en que la Iglesia celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Para vivirlo más intensamente, te ofrecemos siete canciones que profundizan en algunas de las gracias que el Señor nos dejó mientras demostraba su profundo amor por el mundo entero.
El Triduo Pascual comienza con la Misa vespertina de la Cena del Señor, alcanza su cima en la Vigilia Pascual y se cierra con las vísperas del Domingo de Pascua.
1. Aquí está el cordero – Son By 4
En la Última Cena, Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía, donde Él sigue presente de forma visible hasta el día de hoy para “unirse a su pueblo”, como dicen los de “Son By 4”. Cada vez que en la Misa el sacerdote realiza la consagración, se renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz.
2. In Persona Christi – Jesed
Con la Eucaristía, el Señor también instituyó el Orden Sacerdotal. Los apóstoles son los primeros presbíteros de Jesucristo y de ellos desciende la cadena de obispos, sacerdotes y diáconos que se mantiene hasta nuestros días en la Iglesia.
Jesed nos recuerda la labor de todos esos valientes, buenos y santos sacerdotes: “Tú pronuncias con mis labios las palabras de tu boca y levantas en mis manos el misterio de tu cuerpo”.
3. Cristo del madero – Goyo hidalgo
Jesús fue apresado, abandonado por sus amigos, juzgado, condenado, humillado, clavado en una cruz y todo lo hizo por redimirnos del pecado. Ante este acto de amor, “vengo ante ti de rodillas Señor, te pido el milagro de la Salvación, te traigo mis penas y mi dolor y a cambio te pido mi perdón”, dice este canto.
4. Nadie te ama como yo – Martín Valverde
La Cruz representa el amor del triunfo de Cristo contra el pecado y la muerte. Es el recuerdo del amor tanto del Padre hacia nosotros, como el de Cristo, quien dio la vida por sus amigos (Jn 15, 13). "Nadie te ama como yo" es la canción perfecta para descubrir ese amor sacrificial en lo profundo de nuestros corazones para el Viernes Santo.
5. Siervo Doliente – Hermana Inés de Jesús
"Siervo doliente enaltecido en cruz por los pecados que ha soportado sobre si desfigurado. Sediento de amor suplica al hombre sacie la sed del corazón", esta desgarradora canción transmite los dolores de Cristo en la cruz y el deseo de imitar el sacrificio de Nuestro Señor.
6. Diario de María – Voz de Mónica Arroyo
Al pie de la cruz, estaba María. Debe haber sido muy doloroso para ella ver a su hijo, al que acurrucaba con cariño cuando era niño, agonizar y morir en la cruz. “El diario de María” busca expresar los sentimientos de María Dolorosa, a quien la Iglesia penitente acompaña en la espera de las promesas del Señor.
7. La Fe De María – Voz de Ítala Rodriguez
Comprendiendo el amor de María hacia su Hijo Jesús, a través de esta canción podemos pedirle al Señor que nos permita tener la fe de Nuestra Madre Santísima a pesar de la Cruz en nuestras vidas.
8. Piedras a un inocente – Ascoy
“Él hizo crecer la hierba, jamás te dijo que la fumaras. Él puso vida en la naturaleza, tú dime quién se empeña en matarla. Nos heredó la tierra entera, nosotros quisimos lotizarla”, señala Ascoy en esta canción. Una reflexión sobre las nuevas formas de crucificar a Cristo en los tiempos de hoy.
9. Santo – Athenas
A través de este canto descubrimos nuestra pequeñez y la grandeza de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros en la cruz. En esta vida "solo puedo, alabarte y darte gracias Señor. Levantando, yo mis brazos, te entrego mi adoración. Eres Santo, Señor, Te doy gloria, Señor.”, dice la letra de Athenas.
Bonus track: Fue el mismo Dios
En el bonus track te presentamos una canción que conmueve. “Fue el mismo Dios” es una canción de la Familia Sodálite que permite meditar y profundizar los misterios de estos intensos días cerca a Jesús y su entrega en la Cruz por todos y cada uno.
10. Resucitó – Martín Valverde
Hemos llegado al final de la lista y con ello al inicio de una nueva vida que Jesús instaura con su resurrección. “Dejó la tumba vacía y resucitó, dejó a la muerte vencida, Él resucitó”, dice Martín Valverde a aquellos que mantienen la fe con la Iglesia y que un día compartirán la alegría del cielo. Dios siempre cumple sus promesas.
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