El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Mons. Luis José Rueda Aparicio, señaló que a cinco años de los Acuerdos de Paz firmados entre el Estado y las FARC, aún existen algunas “periferias del país” donde impera el narcotráfico “que financia la guerra”.
Este 24 de noviembre se cumplen cinco años de los Acuerdos de Paz que firmó el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla narcoterrorista de las FARC.
En entrevista concedida a la agencia SIR del Episcopado italiano, y traducida al español por el sitio web de la Conferencia Episcopal de Colombia, el también Arzobispo de Bogotá dijo que algunas regiones como el Suroccidente, el Pacífico, el Norte Antioqueño y el Catatumbo son “periferias del país que no han conocido la paz, están bajo el imperio del narcotráfico y el narcotráfico financia la guerra”.
“Esto hace que las zonas donde estaban las antiguas FARC hayan sido copadas por nuevos grupos que tienen este interés de adueñarse de las tierras y de adueñarse del tránsito del narcotráfico hacia el exterior”, dijo el Arzobispo.
En estas regiones están presentes varias bandas criminales como las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, (AGC), también conocidas como Clan del Golfo; y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Por lo tanto, continuó Mons. Rueda, “allí siempre habrá armas, allí habrá grupos y personas que están dedicadas a estos trabajos ilícitos y que van a victimizar a las comunidades, que las empobrecen, que las desplazan, que las maltratan y que están asesinando. Esta es una realidad muy triste, pero es el resurgimiento o el avance de grupos preexistentes al Acuerdo de Paz”.
El 26 de septiembre de 2016 el Gobierno de Colombia, bajo la presidencia de Juan Manuel Santos, firmó en Cartagena un primer Acuerdo de Paz con el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”.
Este fue sometido a un plebiscito en el que ganó el “No”, lo que obligó a renegociar el documento. Los acuerdos definitivos se firmaron el 24 de noviembre del mismo año.
Uno de los puntos del acuerdo es la reincorporación de exguerrilleros a la vida de las comunidades y la cesión de 10 curules en el Congreso para las FARC.
Según informa CNN en Español, el actual presidente de Colombia, Iván Duque, dijo este martes que desde el inicio de su Gobierno ha hecho "una apuesta total" a la implementación de los acuerdos, pero sus opositores han dicho que él y su partido quieren "hacer trizas" la paz. El mandatario ha respondido que quiere "paz con legalidad".
En este contexto, el Arzobispo de Bogotá dijo a SIR que “el Estado tiene la obligación de trabajar por una paz positiva, por una paz donde todos podamos aportar, y dar nuestro granito de arena, pero además, una paz que se construye con un buen programa social, que incluya salud, que incluya educación, que incluya vías, que incluya atención a estas zonas”.
“Hay unos territorios del país que realmente están muy abandonados por el Estado, creemos que ahí, hay que hacer presencia, una presencia social e integral que será la respuesta al conflicto”, aseguró.
Mons. Rueda dijo que luego de la firma de los acuerdos, “el grupo mayoritario de hombres armados se desmovilizó y eso ya representa en las regiones una menor presencia de conflicto armado, por un lado. Por otro lado, ellos entran al escenario político y ese escenario político es el escenario propio del aporte para el país”.
“Pero además, en estos cinco años hemos visto también tristemente la muerte de muchos excombatientes y de muchos líderes sociales, así como el resurgimiento de otros conflictos”.
El Prelado dijo que pese a esto “hemos tenido grandes aprendizajes con dolor y estamos llamados a tomar impulso, a seguir con esperanza, a seguir aportando. La implementación puede ser lenta pero nosotros no podemos retroceder”.
El Arzobispo lamentó que en Colombia haya un clima de polarización y expresó su esperanza de que en vez de caminar “hacia odios y divisiones busquemos desde la diversidad la comunión, la unidad, el bien común y la solidaridad, que sería el camino para mejorar nuestro país”.
El Prelado también agradeció el trabajo realizado por la Comisión de la Verdad, presidida por el sacerdote jesuita Francisco de Roux, que se creó en 2017 y cuyo objetivo, según indica su sitio web, es “conocer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado y contribuir al esclarecimiento de las violaciones e infracciones cometidas durante el mismo y ofrecer una explicación amplia de su complejidad a toda la sociedad”.
Mons. Rueda afirmó que “la Iglesia es una convencida del diálogo, de la reconciliación y la paz”, para la que “hemos puesto mártires hombres y mujeres, obispos, catequistas, laicos, sacerdotes. Ellos han muerto por esta atroz guerra que lleva muchos años y que esperamos que algún día termine”.
Sobre el futuro, el presidente de la CEC dijo estar “convencido de que el Señor camina con Colombia y que camina con todos aquellos que estamos dispuestos a darlo todo por nuestro país, por lo tanto yo vivo de la esperanza de tiempos mejores, de historia nueva, de historia de paz y reconciliación en nuestro país”.
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