El legislador católico asesinado a mediados de octubre, Sir David Amess, ha sido recordado como “un verdadero constructor de puentes”, en una Misa de exequias celebrada este martes en la Catedral de Westminster en Londres (Inglaterra).
Al predicar en la Misa el 23 de noviembre, el canónigo Pat Browne, capellán católico del Parlamento, dijo que incluso después de su muerte Amess unió a personas de lados opuestos.
“David fue un verdadero constructor de puentes. Ver al primer ministro y al líder de la oposición parados hombro con hombro en silencio y oración, presentando sus respetos en Southend después de su muerte, y hacer que se crucen en la Cámara en unidad y compañerismo, fue algo que el Parlamento no ve muy a menudo”, dijo el P. Browne.
“La muerte de David fue el catalizador para que todos en el Parlamento se dieran cuenta de su unidad como comunidad trabajando de manera diferente, pero juntos, por el bien de la nación en nuestro mundo”, agregó.
Sir David Amess, de 69 años, fue asesinado a puñaladas durante una reunión con electores en la iglesia metodista Belfair en Leigh-on-Sea, al este de Londres, el 15 de octubre.
La Misa de Réquiem, transmitida en vivo, fue celebrada por el Arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales, Cardenal Vincent Nichols. Asistieron el primer ministro británico Boris Johnson, miembros del gabinete, los ex primeros ministros John Major, David Cameron y Theresa May, y el líder de la oposición, Keir Starmer.
En un mensaje leído por Mons. Claudio Gugerotti, Nuncio Apostólico en Gran Bretaña, el Papa Francisco ofreció sus “más sentidas condolencias y la seguridad de su cercanía espiritual con la familia Amess”.
“Su Santidad recuerda con gratitud los años de devoto servicio público de Sir David guiado por su fuerte fe católica y evidenciado en su profunda preocupación por los pobres y los desfavorecidos, su compromiso con la defensa del don de la vida de Dios y sus esfuerzos para fomentar la comprensión y cooperación con la Santa Sede en su misión universal”, decía el mensaje enviado por el secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin; a Mons. Alan Williams, Obispo de Brentwood, la diócesis de origen de Sir David.
“Encomiendo el alma de Sir David a la misericordia amorosa de Jesucristo nuestro Salvador, el Santo Padre ora para que todos los que honran su memoria sean confirmados en la determinación de rechazar los caminos de la violencia, combatir el mal con el bien y ayudar a construir una sociedad de justicia, fraternidad y solidaridad cada vez mayores”, continuó el mensaje.
El Cardenal Nichols dijo que el Papa ofreció “palabras de profundo pésame, apoyo y oraciones por la familia de Sir David”.
Sir David, un defensor de las causas provida, se desempeñó como miembro conservador del Parlamento desde 1983 hasta su muerte, representando a Southend West desde 1997.
Estableció un grupo parlamentario de todos los partidos para las relaciones con la Santa Sede en 2006 y jugó un papel decisivo en la organización de la histórica visita de Benedicto XVI al Parlamento en septiembre de 2010.
En su homilía, el canónigo Pat Browne describió el impacto de la muerte de Sir David.
“Desde mi nombramiento en el Parlamento hace 12 años, la oficina de David fue un lugar en el que siempre me dieron la bienvenida para tomar una taza de té y charlar. Así que retrocedemos mucho”, dijo el P. Browne, quien ofició en la boda de Sir David en la Catedral de Westminster en 1983 y luego bautizó a sus cinco hijos.
“Lamentablemente, mi última visita a su oficina fue ese horrible viernes por la tarde. Acababa de terminar una boda en la capilla de St. Mary Undercroft en el Parlamento y escuché la trágica noticia. Me acerqué de inmediato a ver a su personal. Estaban devastados”.
“Hubo muchas lágrimas y me impactó con fuerza: estas personas no eran solo su personal; eran sus amigos. Ellos lo amaban. Eran su equipo, sus colaboradores en el trabajo para los constituyentes de Southend West”, dijo.
“La amistad fue el gran regalo de David para los demás. No solo a quienes trabajaron junto a él y estuvieron de acuerdo con él, sino a todos en la Cámara [de los Comunes, la cámara baja del Parlamento del Reino Unido], incluidos aquellos que no compartieron sus opiniones políticas o religiosas”, agregó.
El P. Browne recordó que el “encanto, ingenio y calidez genuinos rompieron muchas barreras mientras buscaba esas cosas en los demás en las que podían ponerse de acuerdo y trabajar juntos”.
Continuó: “Para él la vida era un regalo que debía aceptar, apreciar, nutrir y vivir con gratitud. Tomó su vida en sus dos manos y se entregó a ella. De hecho, murió haciéndolo, al servicio de los demás. Como nos dice el Evangelio de hoy: 'Un hombre no puede tener mayor amor que dar su vida por sus amigos'… sus electores, su país. David lo hizo”.
“Su fe católica inspiró su apasionado compromiso con el derecho a la vida, a la dignidad humana y al bien común. Pero también se basó en su absoluta convicción de que la primera prioridad de un diputado era para sus electores”, acotó.
Se espera que el hombre acusado de matar a Sir David, Ali Harbi Ali, de 25 años, enfrente un juicio a partir del 7 de marzo de 2022. El ciudadano británico de ascendencia somalí está acusado de asesinato y preparación de actos terroristas.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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