La primera iglesia dedicada a la Medalla Milagrosa está en Sudamérica

En el sur del estado de Minas Gerais (Brasil) está la localidad de Monte Sião que puede ser considerada una tierra de gracias, más específicamente sede de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, pues allí está situada la primera iglesia del mundo dedicada a esta devoción mariana, que intervino para poner fin a un periodo de sequía.

En 1830 en Francia, Nuestra Señora se apareció a Santa Catalina Labouré y le pidió que hiciera una medalla de acuerdo a lo que había visto: la Virgen con los brazos extendidos, con rayos de luz saliendo de ellos, de pie sobre un globo y pisando una serpiente, con la inscripción: “Oh María, concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti”.

En el reverso está inscrita la letra “M”, con una cruz que se alza desde la mitad. Debajo estaban el Corazón de Jesús, circundado con una corona de espinas, y el Corazón de María, traspasado por una espada. Alrededor aparecen 12 estrellas.

La Virgen le prometió a la religiosa que daría abundantes gracias a quienes usaran la medalla. La devoción se expandió por el mundo entero y llegó a Brasil.

En 1949, solo 19 años después de las apariciones en Francia, se construyó la primera iglesia dedicada a la Medalla Milagrosa en Monte Sião.

Según explica el sitio web de la Arquidiócesis de Pousso Alegre, en el año de las apariciones marianas a Santa Catalina, la región de Monte Sião era habitada solo por unas 105 familias católicas, pero no había iglesia ni sacerdote y la comunicación era precaria.

Sin embargo, los relatos indican que en 1838, cuando el lugar fue “elevado a pueblo de Jabuticabal, la devoción a la Medalla Milagrosa ya estaba allí”.

El 29 de marzo de 1849 se autorizó la edificación de la capilla de Nossa Senhora da Medalha Milagrosa. La bendición se realizó el 13 de abril de 1850.

La primera de las gracias se dio con la imagen que llegó desde Portugal en 1860 y que en 1937 fue retirada del altar mayor a pedido del obispo, que consideró que la estatua tenía trazos sensuales porque resaltaban el busto y la cintura.

La imagen fue llevada entonces a una capilla en la zona rural y los fieles sintieron su ausencia. Luego de esa fecha, la ciudad “fue asolada por una gran sequía” hasta 1939.

Según diversos relatos, llovía normalmente en todas las ciudades de la región menos en Monte Sião.

El pueblo asociaba la falta de lluvia a la ausencia de la imagen mariana, por lo que un grupo solicitó al sacerdote encargado que la imagen fuese colocada nuevamente en el altar mayor. Después de muchas discusiones se permitió que fuera devuelta.

Esto sucedió el 5 de noviembre de 1939. Era una tarde soleada cuando la procesión compuesta por el párroco, autoridades, banda y principalmente fieles, portaba un anda con la imagen mariana.

Cuando la comitiva llegaba a la entrada de la ciudad, empezaron a caer las primeras gotas y luego una gran lluvia, haciendo que los fieles y la imagen entraran finalmente a la iglesia completamente mojados.

A este episodio se le conoce como el “Día del milagro de la lluvia”. Desde entonces, las plantaciones prosperaron y el ciclo de lluvias volvió a la normalidad.

Esta fue la primera de muchas gracias que la gente de Monte Sião recibió y que aún hoy recibe por intercesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa.

La historia y el gran flujo de peregrinos hicieron que, el 5 de noviembre de 1999, la iglesia matriz sea elevada a Santuario de Nossa Senhora da Medalha Milagrosa, donde se vive con especial fervor su fiesta cada 27 de noviembre.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Digital

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