Vicente Hargous, abogado de la ONG Comunidad y Justicia, alertó que el proyecto de eutanasia que se votará en particular la próxima semana en Chile podría ser el “más liberal del mundo”, superando las leyes de los Países Bajos y Bélgica.
El 17 de diciembre, la Cámara de Diputados de Chile aprobó el primer informe del proyecto de “muerte digna y cuidados paliativos” con algunas indicaciones que obligó a la Comisión de Salud a revisar nuevamente el texto.
En conversación con ACI Prensa, Vicente Hargous explicó que el proyecto supera a las leyes de eutanasia de los Países Bajos y Bélgica, en materia de salud mental “lo pone en las leyes más liberales del mundo”.
Al permitir que la persona pueda solicitar la eutanasia por motivos “de naturaleza psíquica”, precisa el texto, da la posibilidad de incluir “el dolor psíquico como causal”, dijo Hargous.
“Basta con que la persona, sin padecer alguna enfermedad física, diga que tiene un sufrimiento psíquico insoportable para acceder a la eutanasia”, explicó el abogado.
En ese sentido, “no es necesario que exista un diagnóstico psiquiátrico serio para poder acceder a la solicitud de eutanasia”, agregó.
El proyecto precisa que basta con un certificado, “no diagnóstico”, emitido por un médico especialista o de medicina familiar.
Además, Hargous precisó que “no existe ningún tipo de comité o comisión revisora que sea vinculante antes de la muerte del sujeto. No hay un comité que fiscalice que esto se esté aplicando bien” y tampoco hay una “comisión revisora posterior que lleve una contabilidad transparente de los casos como sucede en otros países”.
El pleno de la Cámara de Diputados había rechazado la inclusión de menores en el proyecto, pero nuevamente se incorporó una indicación, aún no aprobada, en la que los menores de edad pueden solicitar la eutanasia.
Hargous dijo que el proyecto deja en evidencia que “los cuidados paliativos no están garantizados como prestación”. “Al menos en Holanda sí hay un sistema de cuidados paliativos, pero acá en Chile, solo están garantizados para los casos del cáncer oncológico”, sostuvo el abogado.
Como consecuencia, los cuidados paliativos, “que además no están definidos” en el texto, “son una alternativa, no un requisito previo para acceder a la eutanasia”, alertó Hargous.
Días antes, el abogado denunció en una columna “la actitud de cierta izquierda ideológica, cerrada a escuchar opiniones distintas, incluso de quienes tienen más experiencia y conocimiento del tema”.
Esto luego que los médicos especialistas en cuidados paliativos, Carolina Valdebenito y Juan Pablo Yaeger, expusieron en la comisión el pasado 5 de enero.
“Fueron tratados sin ningún respeto por ciertos miembros de la comisión”, consideró el abogado.
Si bien fueron invitados a pronunciarse sobre aspectos particulares del articulado, “se los trató bruscamente desde un comienzo, se les insistió en ser breves y referirse solamente a un artículo y alguna vez no se les concedió la palabra para responder las preguntas legítimas de los diputados de la comisión, incluyendo las de algunos que están a favor de la eutanasia”.
Durante la sesión hubo momentos de tensión porque el presidente de la comisión de Salud, Ricardo Celis Araya, procedió a la votación a pesar de la discrepancia de algunos diputados.
Según el diputado impulsor de la iniciativa, Vlado Mirocevic, al tratarse de un ‘segundo informe reglamentario’, la discusión en particular ya se dio por lo tanto no había cabida para más debate. Este segundo debate de discusión en particular “no puede ser infinito”, sostuvo.
Vicente Hargous explicó que esto es contrario al reglamento, pues precisamente durante el segundo informe se debe "discutir en particular y no solo votar".
Asimismo, denunció que los médicos paliativistas “no fueron oídos en la discusión general del proyecto, siendo que precisamente ellos son las personas más calificadas para hablar acerca del sufrimiento de los pacientes y del modo de enfrentar la muerte”.
“Al parecer, únicamente buscan que la eutanasia sea aprobada del modo más ‘liberal’ posible, sin trabas, como la de aliviar el sufrimiento del paciente antes de tomar una decisión de ese calibre”.
El proyecto de eutanasia, que comenzó su tramitación en la Cámara Baja en enero de 2018, introduce modificaciones a la Ley sobre Derechos y Deberes de las Personas en Atención de Salud y en los códigos Civil y Penal.
El objetivo es que se garantice el respeto a la “voluntad del paciente” y que quienes están en un “estado terminal o con dolor severo no oncológico” puedan recibir los cuidados paliativos “tendientes a disminuir los dolores propios de su enfermedad”.
La persona mayor de 18 años podrá solicitar la “asistencia médica para morir” si padece de una enfermedad terminal, “seria e incurable”, si tiene “una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades” y le ocasiona “sufrimientos físicos persistentes e intolerables y que no pueden ser aliviados en condiciones que considere aceptables” o también “de naturaleza psíquica”.
La solicitud de “asistencia médica para morir”, es decir que un profesional de la salud administre “una sustancia” que cause la muerte o supervise la autoadministración de ella, debe expresarse por escrito.
Semana de debates sobre la dignidad humana
Además de la votación el proyecto de eutanasia, el miércoles 13 la Comisión de Mujeres y Equidad de Género tratará la discusión en general de la extensión del proyecto del aborto bajo tres causales hasta la semana 14 de gestación.
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