El Papa Francisco recordó a los Legionarios de Cristo que su fundador Marcial Maciel “no puede ser un ejemplo de santidad a imitar” debido a su “comportamiento delictivo” al haber abusado sexualmente de al menos 60 menores de edad.
El Pontífice se expresó así en el discurso que envió este sábado 29 de febrero a los participantes del Capítulo General de los Legionarios de Cristo y a la Asamblea General de las Consagradas y Laicos del Regnum Christi.
En este Capítulo General se han elegido a los nuevos gobiernos generales cerrando así una importante etapa del camino de renovación de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi aunque, como señaló el Santo Padre, el camino de renovación “no ha concluido, sino que debe proseguir”.
El Pontífice recordó a los nuevos gobiernos generales que su mandato procede de la Iglesia y que es un mandato que exige “continuar el camino de renovación, recogiendo y consolidando los frutos madurados en estos años”. En ese sentido, advirtió que “un regreso al pasado sería peligroso y sin sentido”.
Francisco reconoció la fuerte crisis “institucional y personal” que los miembros de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi han padecido debido a los crímenes de su fundador. De hecho, “por una parte no se puede negar que él (Marcial Maciel) fue el fundador histórico de toda la realidad
que representáis, pero por otra, no lo podéis tener como un ejemplo de santidad a imitar”.
El Papa se mostró especialmente crítico con la actitud del fundador de los Legionarios de Cristo: “Consiguió convertirse en un punto de referencia mediante la ilusión que creó por medio de su doble vida”, denunció.
Además, “su largo gobierno personalista contaminó el carisma que originalmente el Espíritu había entregado a la Iglesia, y eso se reflejó en las normas y en la praxis de gobierno y de obediencia y en la forma de vida”.
Ante el descubrimiento de esta situación, señaló el Papa, “la Iglesia no ahorró en atención materna y acudió al encuentro con diferentes medios situándose al lado de las personas con una gran sensibilidad humana y pastoral, así como mediante una reconocida actuación judicial”.
Así, Francisco reconoció los esfuerzos de renovación de los Legionarios mediante la aprobación de nuevas Constituciones y nuevos Estatutos “que son verdaderamente nuevos, tanto porque reflejan un nuevo espíritu y una nueva visión de la vida religiosa coherente con el Concilio Vaticano II y las indicaciones de la Santa Sede, como porque son producto de un trabajo de tres años en los cuales se han involucrado toda vuestra comunidad”.
Este esfuerzo de renovación, aseguró el Obispos de Roma, ha dado lugar “a un cambio de mentalidad” en los miembros y dirigentes de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi.
“Se ha producido un evento que ha dado lugar a una verdadera conversión del corazón y de la mente”, señaló. Esta conversión “ha sido posible porque habéis sido dóciles a la ayuda y apoyo que la Iglesia os ha ofrecido, dándoos cuenta de la efectiva necesidad de una renovación que os hiciese salir de la auto referencialidad en la cual estabais encerrados”.
“Os habéis abierto con valentía a la acción del Espíritu Santo entrando así en el recorrido de un verdadero discernimiento. Acompañados por la Iglesia habéis desempeñado con paciencia y disponibilidad un trabajo complicado para superar las fuertes tensiones que se han producido”.
Sobre la elección de los nuevos Superiores Generales y su Consejo, el Papa Francisco recordó que “deben estar llamados a gobernar en la consideración de las personas y en el respeto del derecho común de la Iglesia y de del del Instituto o de la Sociedad”.
“Deseo que vuestros nuevos gobiernos sean conscientes de que el camino de renovación no se ha terminado, porque el cambio de mentalidad en las personas individuales y en una institución requiere mucho tiempo de asimilación y, por lo tanto, de una conversión continua”.
Finalmente, el Papa Francisco animó a todos los miembros de los Legionarios de Cristo y de Regnum Christi a confiarse en el Espíritu Santo, porque “si os sometéis dócilmente a la escuela del Espíritu Santo, no os veréis sobrepasados por el temor y la duda que turban el ánimo e impiden la acción”.
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