Un día como hoy hace más de 100 años, el 13 de mayo de 1917, cuando la Virgen de Fátima se apareció por primera vez en Portugal, fue consagrado arzobispo Eugenio Pacelli, quien luego se convertiría en el Papa Pío XII.
A la edad de 41 años, Mons. Eugenio Pacelli recibió la consagración episcopal en la Capilla Sixtina en el Vaticano de manos del Papa Benedicto XV, que se encontraba en su tercer año de pontificado.
Esta no es la única coincidencia mariana en la vida de quien sería Sucesor de San Pedro desde el 2 de marzo de 1939 hasta el 9 de octubre de 1958, cuando falleció.
El 3 de abril de 1899, el recién ordenado P. Eugenio Pacelli celebró su primera Misa en la Basílica papal de Santa María la Mayor, donde está la imagen mariana de la Salus Populi Romani, la advocación ante la que reza el Papa Francisco antes y después de cada uno de sus viajes internacionales.
El Papa Pacelli también consagró al género humano al Inmaculado Corazón de María en 1942. Puede ver la oración de consagración AQUÍ.
En un artículo publicado en 1998 en el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, Emilia Paola Pacelli recordó que el Papa Pío XII fue sepultado el 13 de octubre de 1958, exactamente 41 años después de la última aparición de la Virgen de Fátima.
Durante su pontificado, Pío XII fue también quien proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen María “en cuerpo y alma a la gloria del Cielo”, el 1 de noviembre de 1950 con la constitución Munificentisimus Deus.
Antes de la proclamación del dogma, el Papa Pacelli vio varias veces algo similar al “milagro del sol” que ocurrió en octubre de 1917 en Fátima.
Según relató Andrea Tornielli en Vatican Insider en 2017, Pío XII escribió en una hoja que fue “sorprendido por un fenómeno, nunca hasta ahora visto por mí. El sol, que estaba todavía bastante alto, parecía como un globo opaco amarillento, circundado por un círculo luminoso” que “se movía ligeramente en el extremo, tanto girando como desplazándose de izquierda a derecha y viceversa. Pero dentro del globo se veían, con toda claridad y sin interrupción, movimientos muy fuertes”.
Este fenómeno lo vio mientras caminaba en los Jardines Vaticano el 30 de octubre, en la víspera de la proclamación del dogma de la Asunción y lo consideró como una confirmación de lo que iba a hacer dos días después tras recibir solo seis respuestas con algunas preocupaciones, de un total de 1.181 provenientes de todo el mundo tras una consulta que se inició de forma reservada en 1946.
El episodio se repitió el 31 de octubre, el 1 de noviembre cuando proclamó el dogma y el 8 de noviembre, “y después ya no”.
El Pontífice escribió que intentó en otros días, a la misma hora de la tarde y en condiciones atmosféricas semejantes, “mirar el sol para ver si aparecía el mismo fenómeno, pero en vano; no pude mirarlo ni siquiera un instante, la vista quedaba inmediatamente deslumbrada”.
Además, el 11 de octubre de 1954, mediante la encíclica Ad Caeli Reginam “sobre la realeza de la Santísima Virgen María”, Pío XII estableció la fiesta de María Reina, que actualmente se celebra el 22 de agosto.
Leyenda negra sobre Pío XII
La gran devoción de Pío XII a la Virgen María no impidió la difusión de la leyenda negra que lo acusa de haber sido antisemita y cómplice de los nazis durante la ocupación alemana de Italia en la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, las investigaciones de distintos historiadores han demostrado que las acusaciones contra el Pontífice son falsas, pues a través de las instituciones de la Iglesia, el Papa Pío XII ayudó a salvar unos 800 mil judíos.
En marzo de 2019, el Papa Francisco autorizó la apertura de los archivos secretos del Vaticano relacionados al pontificado de Pío XII. Con ellos se podrá conocer la verdad sobre la actuación de la Iglesia durante el pontificado de Eugenio Pacelli.
Estos documentos estarán a disposición de los investigadores e historiadores a partir de 2020.
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