El Papa Francisco citó los tres tipos de ecumenismo sobre los que construir las relaciones entre las diversas Iglesias cristianas: Ecumenismo de sangre, ecumenismo del pobre, ecumenismo de la misión.
En un discurso que pronunció ante el Patriarca Neófito, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, este domingo 5 de mayo, en el Palacio del Sínodo de Sofía en el viaje apostólico que inició hoy a Bulgaria, el Santo Padre resaltó la importancia del respeto y el conocimiento mutuo para estrechar las relaciones entre cristianos.
“Es importante que, respetando las respectivas tradiciones y peculiaridades, nos ayudemos y encontremos modos para transmitir la fe con el lenguaje y las formas que permitan a los jóvenes experimentar la alegría de un Dios que los ama y los llama. De lo contrario se sentirán tentados a confiar en tantas sirenas engañosas de la sociedad de consumo”, afirmó.
Sobre el ecumenismo de sangre, señaló que “las heridas que a lo largo de la historia se han abierto entre nosotros, los cristianos, son desgarros dolorosos causados al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Todavía hoy palpamos las consecuencias”.
No obstante, “si ponemos juntos las manos sobre esas heridas y confesamos que Jesús ha resucitado, y lo proclamamos como nuestro Señor y nuestro Dios, si al reconocer nuestras faltas nos sumergimos en sus heridas de amor, tal vez podamos volver a encontrar la alegría del perdón y pregustar el día en que, con la ayuda de Dios, podremos celebrar el misterio pascual en el mismo altar”.
“En este camino estamos sostenidos por tantos hermanos y hermanas” que dieron su vida por la fe. “Cuántos cristianos en este país sufrieron por el nombre de Jesús, en particular durante la persecución del siglo pasado”, dijo en referencia a las víctimas de la represión comunista en Bulgaria durante la segunda mitad del siglo XX.
Sobre el ecumenismo del pobre, destacó que “estamos llamados a caminar y a actuar juntos para dar testimonio del Señor, sirviendo especialmente a los hermanos más pobres y olvidados, en los que Él está presente”.
Por último, puso de ejemplo a los santos Cirilo y Metodio para explicar el ecumenismo de la misión: “Nos guían en el camino sobre todo los santos Cirilo y Metodio, que nos han unido desde el primer milenio y cuya memoria viva perdura en nuestras Iglesias como fuente de inspiración, porque, a pesar de las adversidades, ellos pusieron en primer lugar el anuncio del Señor, la llamada a la misión”.
“Misión y comunión: dos palabras que se entrelazan siempre en la vida de los dos santos y que pueden iluminarnos el camino para crecer en fraternidad”, concluyó.
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