Un día como hoy se develaron los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina

ROMA, 31 Oct. 18 (ACI Prensa).- Un día como hoy hace 506 años, Miguel Ángel Buonarroti desveló los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina en el Vaticano, el lugar donde se realizan los cónclaves para elegir al nuevo Papa y que es visitado por miles de turistas a diario.

Según informó el sitio web oficial del Estado de la Ciudad del Vaticano, Miguel Ángel recibió el encargo del Papa Julio II de decorar la bóveda del templo, que había sido inaugurado en 1483 por Sixto IV.

Así desde 1508 hasta 1512, el pintor italiano se consagró a la tarea, cuyo resultado fueron los espectaculares frescos que narran varios episodios del Génesis: la creación de la luz, la creación de los astros y las plantas, la separación de la tierra de las aguas, la creación de Adán, la creación de Eva, el pecado original y la expulsión del Paraíso, el sacrificio de Noé, el Diluvio universal y la embriaguez de Noé.

Escenas de la creación de Miguel Ángel / Foto: Flickr Waak' al (CC-BY-NC-ND-2.0)

El pecado original / Foto: Wikipedia (Dominio Público)

El Diluvio / Foto: Wikipedia (Dominio Público)

El más famoso de todos es “La creación de Adán”.

La creación de Adán / Foto: Flickr Pierre Metivier (CC-BY-NC-2.0)

El 1 de noviembre de 1512, Julio II celebró una Misa Solemne por la culminación de los trabajos.

En 1536, Miguel Ángel, a pedido del Papa Paulo III, comenzó a pintar en uno de los muros de la Capilla Sixtina el “Juicio Final”, que representa la segunda venida de Cristo. La obra fue culminada en 1541.

El "Juicio Final" de Miguel Ángel / Foto: Wikipedia (Dominio Público)

Durante la Misa celebrada por la restauración de los frescos de Miguel Ángel en 1994, San Juan Pablo II afirmó que ese artista “tuvo el valor de admirar con sus propios ojos a este Padre en el momento en que pronuncia el fiat creador y llama a la existencia al primer hombre”.

“Miguel Ángel trata de devolver a esa visibilidad de Adán, a su corporeidad, los rasgos de la antigua belleza. Más aún, con gran audacia, transmite esa belleza visible y corpórea al mismo Creador invisible”, manifestó el Pontífice polaco.

“La Capilla Sixtina, si se puede hablar así, es precisamente el santuario de la teología del cuerpo humano. Al dar testimonio de la belleza del hombre creado por Dios varón y mujer, la Capilla Sixtina expresa también, en cierto modo, la esperanza de un mundo transfigurado, el mundo que inauguró Cristo resucitado y, antes aún, en el monte Tabor”, expresó.

Por otro lado, San Juan Pablo II recordó que este templo “es un lugar que, para todo Papa, encierra el recuerdo de un día particular de su vida. Para mí se trata del 16 de octubre de 1978. Precisamente aquí, en este lugar sagrado, se reúnen los cardenales, esperando la manifestación de la voluntad de Cristo con respecto a la persona del sucesor de San Pedro”.

Vista de la Capilla Sixtina / Foto: Flickr intermirifica.net (CC-BY-NC-2.0)

La Capilla Sixtina puede visitarse como parte del recorrido por los Museos Vaticanos de lunes a sábado de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. La entrada general cuesta 17 euros (unos 19 dólares).

El último domingo de cada mes la entrada es gratuita de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. Más información AQUÍ.

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