El Prelado indicó que cuando se reza esta plegaria, “necesitamos saber a ‘quién’ le estamos hablando y tenemos que cerciorarnos de que estamos hablando de cosas importantes y necesarias”.
Por ello, presenta seis útiles reflexiones:
1.- En el rostro del Padre buscamos aquello que estamos destinados a ser
La oración inicia con las palabras “Padre Nuestro”. El Arzobispo de Los Ángeles indicó que al decir “Nuestro” se pide “rechazar el egoísmo y el individualismo que forman parte de nuestra naturaleza humana” para reconocer que todos “somos hijos nacidos de un Padre que está en el Cielo” y que el tiempo de vida en la tierra es una “peregrinación” de vuelta hacia Él.
“Ante el rostro de nuestro Padre buscamos aquello que estamos destinados a ser. Estamos orando con Jesús para llegar a ser como Jesús, porque él es el único que nos muestra el rostro del Padre y nuestro verdadero rostro como hijos de Dios”,señaló.
2.- Es un llamado a la santidad
Mons. Gómez indicó que Dios es santo y hace un llamado a la santidad “al darnos su nombre, al crearnos a su imagen y al mostrarnos su rostro en Jesús”. Al respecto, el Prelado recordó las palabras de San Pablo: “La voluntad de Dios es que sean santos (1Tes 4,3)”.
Explicó que al rezar el “Padre Nuestro” se responde a ese llamado que lleva a glorificar el nombre de Dios a través de las palabras, actos, actitudes y deseos.
El Arzobispo de Los Ángeles señaló que la santidad es para todos y que consiste en “aceptar los dones y las gracias de Dios y en vivir de la manera en la que Él nos llama a vivir, es decir, con amor y compasión hacia los demás”.
3.- Es un ruego para conocer la voluntad de Dios
Para Mons. Gómez esta frase es “la clave del Padre Nuestro y la clave de nuestra vida” porque con ella se pide conocer a Dios y saber cuál es su voluntad.
“Le pedimos la gracia y la fuerza para ‘hacer’ la voluntad de Dios y el valor para moldear al mundo según su voluntad”. También se le pide la “gracia de unir nuestra voluntad a la de Él”.
El Prelado añadió que la oración es un acto de libertad.
“Como sabemos, siempre tenemos una opción cuando se trata de Dios. Siempre podemos ignorar o rechazar lo que Dios quiere. Esto lo vemos todos los días en nuestra propia vida, en la vida de otras personas, en las injusticias que se cometen en nuestra sociedad”, manifestó.
4.- Es un acto de fe
El Prelado indicó que se suele pronunciar la frase “Que se haga tu voluntad” sin pensar en lo que se está pidiendo realmente.
Comentó que por instinto natural el hombre quiere tener el control de su vida y que le es difícil “dejar ir” y dejar que alguien más esté a cargo. Señaló que los Apóstoles eran conscientes de esto, tal como menciona San Pablo en la Carta a los Hebreos: “¡Verdaderamente es algo terrible caer en las manos del Dios viviente!”. (Heb 10,31)
“La frase ‘Hágase tu voluntad’ es un acto de fe. Aceptamos que la voluntad Dios para nosotros puede incluir las tribulaciones y las pérdidas, que puede traer incluso el sufrimiento y la persecución”, indicó.
Mons. Gómez recordó que la voluntad de Dios es “que conozcamos la felicidad, la alegría y la paz. Por eso oramos pidiendo poder seguir a Jesús y confiar en nuestro Padre como Él lo hizo, haciendo de su voluntad, el camino para nuestra vida”.
5.- Es un pedido para trabajar por el Reino
El Arzobispo de Los Ángeles señaló que cuando se pronuncia la frase “Que venga tu reino”, se le pide a Dios “poder trabajar con Él para llevar a cumplimiento sus propósitos”.
El Prelado dijo que el Reino “es el mensaje, la buena noticia que Jesús trae al mundo por medio de su Vida, Muerte y Resurrección… y que va creciendo a través del ministerio de su Iglesia. Su Reino es nuestra misión”.
“No esperamos que la Tierra sea un Cielo. Pero le imploramos a Dios poder hacer lo que nos toca para que esta Tierra se parezca más al Cielo. Pedimos poder vivir de acuerdo a la Palabra de Dios; poder construir nuestras vidas sobre la roca sólida de sus divinas enseñanzas”, precisó Mons. Gómez.
Añadió que con esta oración se pide “prudencia” para aspirar el verdadero Reino y no concentrarse en visiones y ambiciones terrenales.
6.- Eleva la mirada hacia Dios
El Arzobispo de Los Ángeles expresó que al pronunciar las palabras “Padre nuestro que estás en los cielos” la mirada se dirige hacia el “Creador del universo, a Quien mueve las estrellas y los planetas en sus órbitas, a Quien hizo el cielo y la tierra y a Quien sostiene todas las cosas”.
“No estamos diciendo que Dios es remoto o lejano. Santa Teresa de Ávila dice que ‘dondequiera que Dios está, ahí está el Cielo’. Y Dios está en todas las partes de su creación, así que sabemos que nuestro Padre del Cielo está más cerca de nosotros que el aire que respiramos”, comentó.
Asimismo, Mons. Gómez aconsejó orar con “una especie de asombro y admiración porque este Dios que creó todas las cosas nos permite acercarnos a él y llamarlo “Padre”.
Puede leer ambas columnas aquí:
https://www.aciprensa.com/josegomez/orar-por-la-santidad-y-por-el-reino/
https://www.aciprensa.com/josegomez/orar-como-hijos/
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— ACI Prensa (@aciprensa) 14 de abril de 2016
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