Esta polémica prohibición fue discutida en una reunión de los alcaldes franceses cinco días después de los atentados del Estado Islámico en París. Explicaron que con esto buscan “reafirmar nuestro compromiso colectivo con los valores de la República”.
Basándose en el artículo 28 de la ley de laicidad de 1905, que prohíbe “cualquier símbolo religioso o emblema en los lugares públicos, la AMF indica que la presencia de los belenes es “incompatible con el laicismo”.
La AMF, que según Le Figaró representa a más del 90 por ciento de los 36 mil alcaldes y presidentes de departamentos, señala además que “los funcionarios electos, en particular los alcaldes y sus adjuntos, deben adoptar una conducta personal neutral y secular en el desempeño de sus funciones" y solicitaron que los funcionarios, en su acción pública, se abstengan de mostrar sus creencias religiosas o filosóficas.
Ante esta disposición, unos cincuenta parlamentarios han firmado una petición donde piden a la AMF retractarse y piden a los ciudadanos “rechazar cualquier transposición”.
"Compartimos el valor de la laicidad en la República, pero nos negamos que se exprese en un sentimiento anti-religioso”, indicaron al diario L´Express.
Según informó el diario español ABC, Robert Ménard, alcalde de Béziers, es quien ha dirigido la protesta contra la AMF. Hace poco ganó una querella en los tribunales para que se permitiera colocar un nacimiento en su alcaldía.
Indicó a los medios que su argumento para salir victorioso en el juicio que entabló fue recordar que lo que está en juego es una tradición nacional francesa y que “Francia tiene una cultura cristiana”.
Asimismo, tres alcaldes miembros del Frente Nacional, de los municipios de Cogolin, Frejus y Luc-en- Provence, Marc-Etienne Lansade, David y Patricia Rachline Zirilli, respectivamente, protestaron en un comunicado enviado a la AFP resaltando que no se “puede abandonar todas nuestras tradiciones y cortar nuestras raíces culturales y que ya no desean ser parte de una asociación que con el pretexto de respetar la laicidad y la cultura pisotea tradiciones de nuestro país”.
Por otro lado, Jean Sevillia autor del libro “Francia Católica”, publicó un artículo en Le Figaro donde indica que la tradición de los belenes está impregnada en la memoria del pueblo francés, de los cuales el 56 por ciento se declara católico, frente al 8 por ciento de la población que profesa el Islam.
Añade que pese a que estos han disminuido durante los últimos años, Francia “sigue siendo predominantemente católica” y que al rechazar los belenes está negando “su propia alma” y que esto “no resolverá el problema con los musulmanes”.
Considera que para ganar una guerra, se deben reafirmar los valores tradicionales, sobre todo los “sagrados” y que en el futuro se necesitará a una “Francia católica”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) noviembre 20, 2015
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