Los recientes atentados yihadistas a dos aldeas y una parroquia católica en Níger “no solo fueron dirigidos contra cristianos” sino también contra musulmanes, indicó Mons. Djalwana Laurent Lompo, el Arzobispo de Niamey, la capital del país.
Basado en “informes recibidos” y publicados por la organización benéfica católica internacional, Aid to the Church in Need (ACN) el 2 de julio, varios medios de comunicación informaron que los yihadistas atacaron las aldeas de Fantio y Dolbel en la región de Tillabéri en el suroeste de Níger, matando a todos los cristianos varones y quemando una parroquia católica.
“Con respecto a los dos ataques a la aldea del primer cristiano en Níger, me gustaría aclarar que no solo fueron dirigidos contra cristianos. Estos hombres armados mataron a siete personas, incluidos dos cristianos (católicos) y cinco musulmanes”, dijo Mons. Lompo el jueves 15 de julio a ACI África, agencia del Grupo ACI.
“Ciertamente pasaron por la Iglesia del pequeño pueblo, pero según la información que reunimos, quemaron algunos objetos sin destruir la Iglesia”, dijo, y agregó que los ataques ocurridos el mes pasado estaban “más vinculados a motivos económicos que religiosos”.
El director de Comunicaciones de la Arquidiócesis Católica de Niamey en Níger, el P. Eric Médagbe, indicó ACI África que la vida en la aldea de Dolbel, que está bajo la jurisdicción de la parroquia de San Juan Bautista, y la aldea de Fantio, bajo la parroquia de la Ascensión, está comenzando a volver a la normalidad.
Semanas después de los ataques a las aldeas de Fantio y Dolbel el 13 de junio y el 30 de junio respectivamente, el P. Médagbe comentó que “un buen número de personas desplazadas ha regresado a las aldeas y con la ayuda de las autoridades parece que ahora hay seguridad allí”.
El sacerdote nigerino recordó que “en junio, un grupo de hombres armados fue a las aldeas de Fantio y Dolbel y atacó las aldeas. Dos personas murieron en Fantio”.
En la entrevista del 15 de julio con ACI África, el P. Médagbe contó que los hombres armados que atacaron la aldea de Dolbel también profanaron la parroquia de San Juan Bautista.
“De hecho, la Iglesia fue profanada, en el sentido de que quemaron la estatua de la Virgen María, así como otros objetos de piedad”, dijo el Director de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Niamey.
La parroquia de San Juan Bautista de la Arquidiócesis de Niamey ha estado cerrada durante los últimos años luego de un ataque contra el párroco a cargo.
“Desde el ataque al párroco hace dos años, la parroquia se cerró temporalmente y, por lo tanto, no hay ninguna actividad pastoral llevada a cabo por sacerdotes en el lugar”, explicó el P. Médagbe.
“Se anima a los cristianos a orar en casa lo más que puedan y, si es posible, también a reunirse para orar, pero no hay una actividad pastoral regular como se hace en otras parroquias de la Arquidiócesis”, agregó el sacerdote nigerino.
Los extremistas pertenecientes al grupo Estado Islámico en el Gran Sahara (ISGS, por sus siglas en inglés) son especialmente notorios en la región de Tillaberi, en el oeste de Níger.
Según un sacerdote católico, entrevistado en marzo, los civiles en la nación de África Occidental han estado viviendo atemorizados debido a las amenazas de milicias.
El P. Mauro Armanino, miembro de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) que trabaja en la Misión Católica de Bomoanga, cerca de la frontera de Níger con Burkina Faso, dijo a la Agencia Fides que el aumento de las amenazas ha desestabilizado la región, obligando a los niños que van a la escuela a huir a otros lugares y afectando otras actividades económicas clave.
“Se libra una verdadera guerra psicológica contra los civiles en la zona de Bomoanga, en la frontera entre Níger y Burkina Faso, donde, en la noche del 17 al 18 de septiembre de 2018, el P. Pier Luigi Maccalli, misionero italiano de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) fue secuestrado por milicianos yihadistas”, dijo P. Armanino.
En otro informe de marzo, hombres armados en motocicletas atacaron a un grupo de civiles que regresaban de un mercado de ganado en Banibangou, cerca de la conflictiva frontera de Níger con Mali, matando al menos a 58 civiles y quemando graneros.
El mes pasado, los obispos católicos de Burkina Faso y Níger instaron a las fuerzas de seguridad que operan en las regiones inestables a trabajar para restaurar el optimismo que había caracterizado a las dos naciones de Burkina Faso en África occidental antes de los ataques terroristas.
En el comunicado del 12 de junio emitido al final de su asamblea plenaria, la Conferencia Episcopal de Burkina-Níger (CEBN) señaló: “Alentamos a las fuerzas de defensa y seguridad, con la ayuda de todos, a estar más decididas a restaurar la paz en las zonas de inseguridad”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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