Obispo explica cuál es el “motor de la Historia”

El Obispo de Córdoba (España); Mons. Demetrio Fernández, explicó en su carta semanal cómo el Evangelio de este domingo “toca un punto neurálgico de nuestro corazón humano” y cuál es el “motor de la historia”.

En el pasaje de este domingo el Señor anima a amar a nuestros enemigos. Por eso asegura que, aunque “somos capaces de amar, estamos hechos para amar, pero no podíamos imaginar que el corazón humano pudiera llegar a tanto”.

“Las fuerzas humanas no dan de sí para esto, pero Jesucristo nos hace capaces, dándonos su Espíritu Santo, dándonos un corazón como el suyo, que sea capaz de amar como ama él”, precisa.

En ese sentido, el Prelado recuerda que el “núcleo” de este Evangelio “está en el corazón de Cristo, que nos ama con misericordia a los pecadores”. “Él no ha devuelto el insulto, como cordero llevado al matadero. En su corazón no hay venganza ni resentimiento. Más aún, se goza en perdonar”.

Por eso Jesús propone el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros como yo os he amado” que es “toda una revolución en las relaciones humanas”.

Según afirma el Obispo de Córdoba, se dio un “salto importante en las relaciones humanas” con el Decálogo que Dios entregó a Moisés, en el que le dijo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. “Pero en esta ley que Moisés recibe en el Sinaí, está permitido odiar a los enemigos: ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”, precisa.

Por eso, “la cumbre del amor viene marcada por la actitud y el mandamiento de Jesucristo: ‘Amaos como yo os he amado’” y asegura que “no puede haber listón más alto, porque en este mandamiento se incluye lo que este domingo nos proclama el evangelio: ‘Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada’”.

“Esta es la civilización del amor, que cambia el rumbo de la historia. El motor de la historia no es el odio ni el enfrentamiento de unos contra otros. El motor de la historia es el amor al estilo de Jesucristo”, precisa el Obispo en su carta.

Además asegura que es algo que han vivido los santos “en su propia vida, ese estilo de Jesucristo es posible en tantos hombres y mujeres que han vivido dando la vida, e incluso la han perdido en el amor generoso hacia los demás”.

En ese sentido el Prelado recuerda al misionero salesiano, Antonio César Fernández, nacido en Pozoblanco (Córdoba) que fue asesinado en Burkina Faso. “Él ha gastado su vida entera en el servicio a los más pobres como misionero en África. El carisma salesiano le llevó a dedicarse por entero a los niños y jóvenes más pobres, y en ese tajo de entrega plena ha dado la vida incluso con el derramamiento de su sangre”, asegura el Obispo.

“Para nosotros, su familia de carne y sangre y su familia religiosa, las lágrimas. Para la Iglesia y para la humanidad el testimonio heroico de una vida entregada con amor”, subraya.

Además recuerda las palabras de Jesús: “Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Eso lo hacen también los paganos”. “Para eso no hace falta ni la gracia de Dios, ni el Espíritu Santo ni la fuerza de Jesucristo. Para amar al estilo de Cristo, para tener sus sentimientos, hace falta la gracia de Dios y la ayuda de lo alto”, aseguró.

Por eso animó a que se produzca la “verdadera revolución” que cambia el mundo y es la “revolución del amor”, por la que “desaparezca del mundo la venganza, la revancha, el enfrentamiento, el odio y el mundo se llene del amor de Cristo”.

Puede leer la carta íntegra AQUÍ

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