El Papa Francisco recordó que actualmente también hay mártires y no son noticia. Así lo indicó en un breve mensaje compartido este 26 de diciembre, fiesta de San Esteban, primer mártir de la Iglesia, a través de su cuenta de Twitter @pontifex.
“La Iglesia crece con la sangre de los mártires, hombres y mujeres que dan su vida por Jesús. Hoy hay muchos, pero no son noticia”, se lee en su cuenta de esta red social.
La Iglesia crece con la sangre de los mártires, hombres y mujeres que dan su vida por Jesús. Hoy hay muchos, pero no son noticia.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 26 de diciembre de 2018
Previamente en el rezo del Ángelus el Santo Padre destacó que San Esteban imitó a Jesús hasta el punto del martirio y además “no maldice a sus perseguidores, sino que reza por ellos: dobló las rodillas y gritó a gran voz: ‘Señor, no los culpes por este pecado’”.
“Estamos llamados a aprender de él a perdonar, a perdonar, siempre -y no es fácil hacerlo, todos los sabemos- el perdón alarga el corazón, genera compartida, dona serenidad y paz”, insistió el Papa.
En otra ocasión, en la Audiencia General del 28 de junio, el Santo Padre aseguró que la esperanza cristiana es la fuerza de los mártires.
“Los mártires no viven para sí, no combaten para afirmar sus propias ideas, y aceptan deber morir sólo por fidelidad al Evangelio. El martirio no es ni siquiera el ideal supremo de la vida cristiana, porque sobre ello está la caridad, es decir, el amor hacia Dios y hacia el prójimo. Lo dice bien el Apóstol Pablo en el himno a la caridad, es decir el amor hacia Dios y hacia el prójimo”, explicó el Papa.
Además, el Pontífice aseguró que actualmente hay “más de los mártires de los primeros tiempos” y rezó para que “Dios nos done siempre la fuerza de ser sus testigos. Nos done vivir la esperanza cristiana sobre todo en el martirio escondido de hacer bien y con amor nuestros deberes de cada día”.
En este sentido, el Papa Francisco dijo también en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta el 11 de diciembre que a los mártires que entraban al Coliseo cantando y rezó por los mártires de hoy “pienso en los valientes trabajadores coptos asesinados en la playa de Libia, degollados, que morían diciendo: ‘¡Jesús, Jesús!’. Tenían ese consuelo en su interior, alegría en el momento del martirio”.
De este modo, el Santo Padre resaltó que “el estado habitual del cristiano debe ser el consuelo, que no es lo mismo que el optimismo, no: el optimismo es otra cosa. Se habla de personas luminosas, positivas: la positividad, la luminosidad del cristiano es el consuelo”.
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