Desde septiembre de este año, el P. Pablo Palma Mora llega muy temprano desde la población Lo Hermida, zona oriente de Santiago (Chile), para comenzar su nueva labor como Capellán del Palacio La Moneda.
El sacerdote, que se muestra “muy contento y agradecido” por la designación, fue propuesto por el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres) e inició sus funciones los primeros días de septiembre.
El sacerdote tendrá la misión de acompañar espiritualmente a los fieles católicos que trabajan en la Presidencia de la República, y se sumará al capellán evangélico, pastor Daniel Anabalón, y al capellán judío, rabino Eduardo Waingortín.
El P. Palma lleva 19 años como sacerdote en barrios populares en Santiago y reconoce que esta experiencia es la que le otorga la “plataforma necesaria para el servicio y la misión que el Señor me ha encomendado en el Palacio la Moneda”.
El P. Palma es contador público de profesión, pero sobre todo ha sido un trabajador incansable por la dignidad y la promoción humana, ha desarrollado proyectos emblemáticos para personas en situación de vulnerabilidad.
Como párroco en Jesús Señor de la Vida, en la población La Bandera, comuna San Ramón, creó un comedor social llamado “Padre Pío”.
Mientras que como párroco de Jesús Servidor, en la población Lo Hermida, comuna de Peñalolén, ha desarrollado el Centro de Adulto Mayor “Buen Samaritano”, una casa dedicada al cuidado diurno de los ancianos; la Casa de Acogida “Espíritu Santo”, donde viven algunos adultos mayores; y la “Casa de la Alegría” donde las personas pueden tener atención dental, jurídica o psicológica, entre otros servicios.
“Lo más bonito de las poblaciones es que descubres el protagonismo laical. La gente da mucho desde su pobreza, eso me ha impresionado. A uno lo contagian de esta alegría, de eso de servir a los pobres, desde el pueblo de Dios”, dijo.
“Y el Papa Francisco nos ha invitado a recobrar y recuperar al santo pueblo de Dios, es decir valorar y trabajar y despertar el gusto del protagonismo laical. Los laicos, más que nunca, están esperanzados que nosotros como sacerdotes les demos el espacio y podamos trabajar en conjunto”, reflexionó.
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