Alejandra María Sosa Elízaga es una comunicadora mexicana y autora de veinte libros sobre formación en la fe y la vida cristiana. Ante el desafío de las nuevas tecnologías y su fácil acceso, propone cuatro claves para cultivar en los más pequeños el amor a la virtud y no a lo virtual.
En un artículo titulado “Cielo y Tierra: ¿Niños virtuales o virtuosos?” publicado en el SIAME, Sosa explica que “el uso constante de tecnología ‘virtual’ malacostumbra a los niños a esperar que todo se resuelva al instante y con un clic, y a ponerse furiosos si no es así. Es por ello indispensable educarlos en lo virtuoso, para que aprendan a tener paciencia, a esforzarse, a perseverar, a aceptar los éxitos sin vanagloriarse y las derrotas sin desanimarse”.
Ante la cada vez más extendida costumbre de los padres de familia de entregar el celular a sus hijos para que se calmen, sin importar qué tan pequeños sean, la especialista lamenta que los mayores cedan “ante sus pataletas, les den lo que piden, se resignen ante sus defectos”.
De este modo, precisa, los padres “desgraciadamente dejan de cumplir una misión fundamental para todos los papás, y más aún para los papás católicos: educar a sus niños en las virtudes y ayudarlos a ejercer el dominio propio, para poder ir superando sus defectos y, con la gracia de Dios, irse santificando”.
Ante este panorama, Alejandra María Sosa propone 4 pautas para educar a los niños en el amor a la virtud:
1.- Con ayuda de Dios
“Lo primero es hablarles de Dios. No confiarse en que ya están aprendiendo todo en el catecismo. Es importante que vean que en casa Dios ocupa el centro”.
La comunicadora afirma que es necesario “ayudarles a establecer su relación personal con Jesús. Leerles textos tomados del Evangelio adaptado para niños, para que conozcan a Jesús, lo admiren, lo amen, lo consideren su Amigo y quieran darle gusto, preguntarse que Él haría en su lugar, y hacerlo”.
2. Con la intercesión de María
“Es muy importante que aprendan también a conocer y a amar a María, que la descubran como su Mamita amorosa, que los cuida, protege, pide por ellos y los ayuda ser buenos como Jesús. Rezar con ellos el Rosario, animándoles a encomendase a Ella”, explica.
3. Con la amistad de los santos
“Ayuda mucho a los niños conocer las vidas de los santos, darse cuenta de que eran como ellos, que tenían sus mismos defectos, y sin embargo llegaron a la santidad”.
Sosa resalta que los niños “pueden tener sus santos favoritos, aquellos a los que conocen mejor y con quienes se identifican más por alguna razón, y a quienes pueden pedir con confianza su oración”.
4. Trabajar una virtud a la vez
“Elegir uno de sus defectos de carácter; orar con ellos para pedir a Dios y a María, ayuda para superarlo. Poner pequeñas metas concretas para cada día; alentar y premiar la práctica repetida de la virtud contraria a ese defecto, para crearles buenos hábitos”.
En las noches, indica, se puede “hacer con ellos examen de conciencia para ver si cayeron en aquello o no, y por qué, y pedir fuerza a Dios para no caer en ello al día siguiente”.
Para concluir, Alejandra Sosa comenta que “los papás suelen soñar con que sus hijos alcancen metas escolares, deportivas, sociales, etc. pero la meta más importante que pueden alcanzar es la santidad. Por ello es importante cultivar en ellos el amor a la virtud, no la adicción a lo ‘virtual’”.
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