La Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua, perteneciente a la Compañía de Jesús, denunció un ataque perpetrado por sujetos enmascarados contra su sede en Managua el pasado 27 de mayo.
En un comunicado, el rector de la UCA, P. José Alberto Idiáquez, indicó que pasada la medianoche los encapuchados llegaron a la universidad en dos camionetas Hylux y “dispararon con un mortero de una libra contra los dos vigilantes que cuidaban el portón principal”.
“La Universidad Centroamericana denuncia este cobarde ataque nocturno de fuerzas parapoliciales que, amparadas en la impunidad que les garantiza el desgobierno actual, vienen utilizando las horas de la noche para amedrentar y asesinar a ciudadanos inocentes en los barrios de la capital y otras ciudades”, señaló el rector de la casa de estudios.
Además, recordó que el pasado 18 de abril la entrada de la institución había sido destruida durante la represión del gobierno de Daniel Ortega hacia los estudiantes, que junto con la población, protestaban contra el aumento del aporte de los trabajadores y empleadores al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Por otro lado, el P. Idiáquez afirmó que en el ataque del 27 de mayo, aunque los agresores “no acertaron a herir o a matar” a los vigilantes, sí era su intención teniendo en cuenta “la carga de pólvora empleada” y “lo cercano del disparo”.
Agregó que la UCA “fiel a sus principios cristianos”, seguirá exigiendo lo mismo que los nicaragüenses: “justicia para las decenas de asesinados en la masacre de abril, que continúa en mayo”.
También pidió “una democracia que garantice a toda la ciudadanía de nuestro país la verdadera paz y el desarrollo, hoy en grave riesgo por la irresponsabilidad del desgobierno actual”.
Desde este lunes se encuentran suspendidas todas las actividades académicas y administrativas de la universidad.
Este mes de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó una visita a Nicaragua para documentar las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la represión del gobierno contra quienes salieron a protestar por las reformas al Seguro Social en Managua y otras ciudades del país del 18 al 22 de abril.
A través un comunicado difundido por la OEA, la CIDH reveló que hubo al menos 76 muertos y 868 heridos, la mayoría “en el contexto de las protestas”; y que “438 personas fueron detenidas, entre estudiantes, población civil, defensoras y defensores de derechos humanos y periodistas”.
Por otro lado, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha denunciado que los obispos y sacerdotes han recibido amenazas de muerte por parte del Gobierno de Ortega en medios oficialistas y “cuentas anónimas” en redes sociales.
Según informó CNN, el diálogo de paz entre el Gobierno, los obispos y los gremios y colectivos sociales será reanudado próximamente luego de que fuera suspendido el 23 de mayo por falta de un consenso para adelantar las elecciones presidenciales, entre otras medidas necesarias.
Daniel Ortega fue presidente de Nicaragua de 1979 a 1990, y desde el año 2007 hasta la actualidad. En diversas ocasiones, los obispos le han pedido que respete los derechos de la población.
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