El Arzobispo de Kansas City (Estados Unidos), Mons. Joseph F. Naumann, afirmó que considerarse espiritual pero no "religioso", como algunos hacen ahora, es en realidad "un neopaganismo” al que debe hacerse frente con la verdad.
Según informa el diario arquidiocesano The Leaven, así lo indicó el Prelado en su intervención en el Desayuno Nacional de Oración realizado en Washington el 24 de mayo, un evento en el que distintos líderes católicos de Estados Unidos se reúnen para dialogar sobre algunos temas de interés nacional.
Reflexionando sobre la grave crisis de fe que se vive en el país norteamericano, el Arzobispo citó al autor del libro “The Benedict Option”, Rod Dreher, quien alerta sobre “la caída en la asistencia a Misa, el gran número de millennials que profesan el ateísmo o, más comúnmente, se identifican como espirituales pero no religiosos”.
El Arzobispo de Kansas City precisó que “esta espiritualidad no religiosa es un nuevo paganismo, donde Dios no es el Dios de la revelación que se deja conocer por nosotros, sino un dios o varios dioses que son moldeados según nuestras propias ideas para reforzar nuestros deseos”.
Se consideraba pagano en la antigüedad a quienes adoraban a los ídolos y no a Dios. De modo amplio entonces, el neopaganismo podría definirse como la postura en la que la persona no ve el bien supremo en Dios, sino en algo distinto como el dinero, el poder o el placer.
Esta realidad, prosiguió el Prelado, es descrita por Dreher así: “Dios podría no estar muerto, pero está en una casa hogar confinado en su cuarto”.
“Nuestra cultura está experimentando una crisis de fe que lleva a la negación de la verdad. Una vez que la relación entre el hombre y Dios se ve afectada, el hombre se convierte en una especie de organismo altamente desarrollado”, señaló el Arzobispo.
Entre los peligros de esta crisis está que “el ser humano se convierte también en una cosa más en un mundo de cosas. El materialismo reina y genera el utilitarismo: nuestro valor está determinado por nuestra utilidad”.
Entonces, advirtió Mons. Naumann, “ya no poseemos derechos inalienables que nos son dados por Dios” y “la obtención del placer se convierte en la meta más alta, lo que lleva al hedonismo, una inútil búsqueda de placeres que, al final, nos dejan cada vez más vacíos”.
Con esto, dijo el Arzobispo de Kansas, “el sufrimiento y la muerte se convierten en los grandes enemigos que tenemos que eliminar o al menos impedir”.
La respuesta al neopaganismo
El Papa Emérito Benedicto XVI, recordó el Prelado, “afirma que la esencia del catolicismo es el encuentro con la persona de Jesucristo. Sin ese encuentro personal nuestro dogma y doctrina no tienen sentido. Es el mismo Jesús al que encontramos cada vez que abrimos nuestros corazones a su presencia en la oración”.
“Jesús es quien vence a los grandes enemigos de la humanidad, el pecado y la muerte, pasando de la muerte a la vida eterna. Creemos en un Dios que murió pero que está bastante lejos de estar muerto”.
El Arzobispo animó entonces a “rezar por una renovación religiosa de nuestra nación, otro gran despertar. Aquellos de nosotros que nos hemos encontrado con Jesús resucitado tenemos una gran responsabilidad: llevar su amor y misericordia a otros, especialmente –como dice el Papa Francisco con frecuencia– a quienes están en las periferias”.
El Prelado alentó a ser discípulos y misioneros de Cristo, recordando que “no tenemos enemigos permanente, solo hermanos y hermanas confundidos que aún tienen que encontrarse con el Señor de la vida para experimentar su amor incondicional y su sorprendente gracia”.
Para concluir, el Arzobispo de Kansas City destacó que “estamos llamados a renovar nuestra nación, no principalmente con leyes, sino anunciando la alegría y la esperanza del Evangelio de Jesús a las personas que necesitan desesperadamente de la Buena Noticia. Es nuestra tarea reclamar nuestra cultura: una mente, un corazón y un alma a la vez”.
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