El responsable de la policía Moazzam Jah Ansari aseguró a la agencia EFE que el atentado se produjo cuando hombres armados sin identificar se acercaron a un vehículo en el que viajaba la familia cristiana y abrieron fuego.
Según reporta el diario Christian Today, de los cuatro fallecidos, tres son miembros de una misma familia que viajaba en una bici taxi y el cuarto es el conductor.
También fue herida la hija de uno de los fallecidos, que se encuentra actualmente en el Hospital Civil de Quetta.
Moazzam Jah Ansari también declaró a la agencia Reuters que “fue un acto de terrorismo” y que parece ser un “ataque dirigido”.
El grupo terrorista ISIS emitió un comunicado reivindicando el atentado, en él aseguraba que una célula encubierta de militantes “logró atacar a un número de cristianos combatientes”, también precisaron que para perpetrar el ataque utilizaron una pistola. Sin embargo el ISIS no ha aportado ninguna evidencia de que haya estado relacionado con el atentado.
Fuentes policiales aseguraron que se había mantenido un nivel de alerta máxima desde el Viernes Santo, ante la posibilidad de que ocurriera un atentado como este, ya que existían amenazas concretas contra la comunidad concreta.
La población de Pakistán ronda los 200 millones, pero tan sólo 4 millones de ellos son cristianos y son una minoría atacada en numerosas ocasiones.
El pasado diciembre un suicida atacó una iglesia metodista en la misma ciudad de Quetta, en el ataque murieron 7 personas y más de 20 resultaron heridas.
En marzo de 2016, el domingo de Pascua tuvo lugar un ataque suicida contra la comunidad cristiana en el que murieron 71 cristianos que celebraban la Pascua en un parque de la ciudad de Lahore (Pakistán).
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