VATICANO, 30 Ago. 16 / 10:20 am (ACI).- Joaquín Navarro-Valls, quien fue director de la Sala de Prensa Vaticana durante 22 años, de 1984 a 2005, durante el pontificado de San Juan Pablo II, ha publicado unas reflexiones sobre algunos momentos que compartió con Madre Teresa de Calcuta que será canonizada el próximo 4 de septiembre en el Vaticano.
“Hay un aspecto de su figura que expresa la personalidad auténtica de Madre Teresa por encima de cualquier otro, y que he podido observar en los numerosos encuentros que mantuve con ella: esa sonrisa inocente, como de niño, que se encendía como una llama en una cara surcada por el tiempo”, asegura Navarro-Valls en su reflexión publicada en la web Iglesia en Directo.
El ex portavoz de la Santa Sede recuerda que en una ocasión le preguntó por el sentido de esa “empresa sobrehumana”, que es el cuidado de los más pobres entre los pobres. “Y me dio una respuesta inolvidable: ‘Tratar de que las personas que han vivido maltratadas como bestias puedan morir como lo que son, como hijos de Dios, es decir: lavados, peinados, alimentados’”.
“Tal afirmación esconde, en mi opinión, la riqueza interior de Teresa de Calcuta: su espiritualidad práctica, humanitaria, capaz de adaptarse a cualquier situación y a cualquier cultura, con una gran dedicación humana”, apunta.
En otro encuentro en 1993, Joaquín Navarro-Valls le preguntó “irreflexivamente, qué le diría a una monja que quisiera abandonar su camino vocacional. Su respuesta fue inmediata: ‘Le diría: no tengas miedo, ahora estás con tu Esposo en su pasión, en el Huerto de los Olivos…, pero ¡sigue adelante y no te rindas!’”.
“Entonces no podía imaginar que quizá era esta la frase que se decía a sí misma en los momentos de su aridez interior, durante tantos años”, asegura.
Además precisa que “ciertamente, su convicción religiosa no era fácil de entender, siendo inmune a la banalidad y a la superficialidad. Teresa de Calcuta sabía perfectamente que la experiencia existencial de cada persona pasa por momentos de dificultad, momentos de gran aridez y de desolación profunda, pero que todo esto no es señal de falta de fe, sino del normal —en su caso quizá heroico— sacrificio al que uno se enfrenta cuando trata de vivir coherente y profundamente los propios compromisos y las propias decisiones, y no sólo los requeridos por una específica vocación religiosa”.
Además precisa que está convencido de que “ese lamento interior de Madre Teresa (…) pone frente a la conciencia de cada uno cómo es áspero a veces el camino que conduce a la realización de la propia autenticidad”.
Recuerda también que su próxima canonización “comporta una fuerte enseñanza existencial: el ejemplo de quien ha seguido un ideal –en su caso el de la caridad, manifestada de modo heroico en su auto-donación a los excluidos de la tierra– y lo ha mantenido hasta la muerte, a pesar de no ‘sentir’ nada”.
“Podría decirse que la batalla interior que santa Teresa de Calcuta mantuvo consigo misma fue otro gran acto de misericordia, del que se beneficiaron millares de personas pobres y enfermos en todo el mundo”, aseguró Navarro-Valls.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 11 de julio de 2016
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