BUENOS AIRES, 31 Ago. 16 / 04:06 pm (ACI).- “Como pastor de la Iglesia debo advertir sobre la presión negativa que ejerce la cultura vigente, en especial sobre los jóvenes”, afirmó el Arzobispo de La Plata en Argentina, Mons. Héctor Aguer, ante los ataques y críticas que recibe tras su columna sobre la “cultura” de la fornicación.
La columna causó incluso que el Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo (INADI) analice tomar medidas contra el Arzobispo por supuesta discriminación.
En su artículo, Mons. Aguer denunció, entre otras cosas, que "el vicio de la fornicación se ha convertido en algo trivial, común, insustancial” y por lo tanto es necesario el remedio de la templanza para hacer frente a una “cultura” que deshumaniza a las personas.
Planteó dos ejemplos de banalización de la sexualidad en este tiempo. El primero, las secciones de farándula donde se habla de las mujeres que cambian de “novio” varias veces al año; y en segundo lugar el caso de las Olimpiadas Río 2016, donde se envió a la ciudad nueve millones de condones, de los cuales 450 mil estaban destinados a la villa olímpica.
También criticó las consecuencias personales y sociales del concubinato, además del negocio de los anticonceptivos que oculta “la sabia disposición de la naturaleza que ordena en la mujer los ritmos de fertilidad”.
Ahora, en una carta titulada “Obligación de pastor” enviada al diario La Nación y publicada por el Arzobispado de La Plata, el Prelado se refiere a “la bulla” originada por su artículo “La fornicación’” publicado en el diario El Día el 28 de agosto.
El Arzobispo sostuvo que “el género de ese escrito podría definirse ‘crítica de las costumbres’; se me ocurrió porque leo la sección Espectáculos del cotidiano platense y porque en el suplemento deportivo de La Nación encontré que el Ministerio de Salud brasileño había enviado 450.000 preservativos a la Villa Olímpica”.
“Acabo de enterarme de que al concluir los Juegos los baños estaban taponados por la cantidad de condones arrojados en ellos”, agregó.
Mons. Aguer explicó que “los periodistas que me entrevistaron en los últimos días no parecían haber leído mi artículo; sus preguntas iban dirigidas a que yo les diera la razón; después ellos quedaban con el micrófono y podían criticar o burlarse a voluntad”.
Aclaró que “jamás dije, como aparece en la nota de La Nación que ‘la masturbación es animaloide’ más aún nunca mencioné esta conducta. Cité un pasaje de Aristóteles, donde el filósofo sostiene que el desenfreno (alokasía, en griego) ‘se da en nosotros no en cuanto somos hombres, sino en cuanto animales’”.
“La ligereza de algunos periodistas me parece un peligro”, lamentó el Prelado.
Mons. Aguer sostuvo además que “he recibido varios cientos de mensajes de adhesión; todos dicen: ‘por fin alguien habla’” y expresó que no le extraña “el intento de oponer mi estilo pastoral al del Papa Francisco. El año pasado un periódico de fin de semana me calificó de ‘enemigo histórico suyo’”.
“Sé muy bien quién es el Sumo Pontífice y el amor y obediencia que le debo. En cuanto al estilo, ¿por qué olvidan la frecuente dureza de sus pronunciamientos? No son todo caricias”, aclaró el Arzobispo.
“Si alguien curioseó en mi abundante obra escrita, habrá notado que no soy un obsesionado por las cuestiones sexuales. Pero estoy seguro de que el Señor conoce nuestras conciencias y nos juzgará según nuestras obras; también tendrá en cuenta el sexto mandamiento”, afirmó.
“Como pastor de la Iglesia debo advertir sobre la presión negativa que ejerce la cultura vigente, en especial sobre los jóvenes. No pretendo compararme con San Pablo, pero lean, por ejemplo, su Primera Carta a los Corintios” concluyó Mons. Aguer.
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Ante “cultura” de la fornicación, Arzobispo propone el siguiente remedio https://t.co/JnDtP8GbXQ pic.twitter.com/z5wqng1C84
— ACI Prensa (@aciprensa) 31 de agosto de 2016
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