La resolución del Bundestag se aprueba tres semanas antes del viaje que el Papa Francisco hará a Armenia del 24 al 26 de junio.
Sobre la resolución, de particular importancia porque en esa época Alemania era aliada del Imperio Otomano, el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, dijo que "el actual gobierno turco no es responsable de lo que pasó hace cien años, pero sí es corresponsable de lo que ocurra con ello en el futuro".
La cadena alemana Deutsche Welle informa que, desde Kenia, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que la decisión de reconocer el genocidio armenio "afectará seriamente las relaciones entre ambos países. Cuando regrese a Turquía analizaremos la situación y tomaremos las medidas necesarias”.
Turquía, un país mayoritariamente musulmán, no reconoce ni admite que lo ocurrido con los armenios sea un genocidio. De hecho, cuando el Papa Francisco conmemoró con miles de fieles los 100 años de estos hechos las autoridades turcas protestaron.
Eduard Nalbandián, Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, dijo en un comunicado que la resolución del Bundestag “es la valiosa contribución de Alemania no solo al reconocimiento y condena del genocidio armenio, sino a la lucha universal contra los genocidios y la prevención de los crímenes contra la humanidad”.
Además del Ministro, un grupo de armenios y descendientes de armenios presentes en el Bundestag agradecieron la resolución del Parlamento que reconoce el sufrimiento de su pueblo.
En una nota de prensa, el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Cardenal Reinhard Marx, calificó la decisión del Bundestag como “importante y meritoria”.
El también Arzobispo de Munich señala en el texto que la resolución del Bundestag “es de gran importancia” porque con él “no quedan dudas sobre el hecho de que el ‘gran crimen’ (como dicen los armenios) no fue algo relacionado a la guerra o a la excesiva violencia, sino un exterminio sistemático, un genocidio”.
El Purpurado afirma además que “dada su propia historia en la primera mitad del siglo XX, los alemanes son los últimos de todos los pueblos que pueden ser maestros de otros pueblos”.
Sin embargo, prosigue, “si el Bundestag ha intervenido en esta injusticia cometida contra los armenios, es porque el Reich alemán, como aliado de los otomanos en la (Primera) Guerra Mundial sabía con precisión de esos eventos pero no hizo nada para influenciar efectivamente en el gobierno de Constantinopla”.
Ahora, concluye el Cardenal Marx en su nota de prensa, “es esencial promover el diálogo, la cooperación y la reconciliación entre Turquía y Armenia. Si Alemania puede contribuir a esto, entonces nuestro país debe hacerlo, en amistad con ambos pueblos”.
El genocidio armenio fue el asesinato de más de un millón y medio de armenios cristianos por parte del Imperio Turco Otomano desde 1915 hasta 1923.
El 24 de abril de 1915, las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul. Los días posteriores la cifra de detenidos ascendió a 600.
Más adelante el gobierno ordenó la expulsión de toda la población armenia, que tuvo que caminar cientos de kilómetros por el desierto, sufriendo hambre, sed, pérdidas de vidas humanas, robos y violaciones por parte de los gendarmes musulmanes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos y bandoleros.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 9 de abril de 2015
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