Sus actividades como obispo fueron influyentes en su época. Por ejemplo, fundó imprentas para propagar libros religiosos y se esmeró con todas sus fuerzas por formar buenos seminaristas; por tal motivo amplió y dio más recursos a los seminarios de Padua y Bérgamo, y fundó otros nuevos.
En Padua fundó una biblioteca y una escuela poliglota que se convirtió en una de les mejores de Italia. También creó escuelas populares e instituciones de catequesis y formación religiosa para orientar o formar a padres y educadores.
El santo nació en Venecia (Italia) el 16 de septiembre de 1625 en medio de una familia adinerada y noble.
Recibió una educación católica y a la edad de 20 fue escogido por el gobierno veneciano para acompañar al embajador Luigi Contarini al Congreso de Munster, donde se firmó el tratado de Westfalia y se puso fin a la Guerra de los Treinta Años.
Fue en aquel congreso que conoció al nuncio apostólico Fabio Chigi, que lo orientó al sacerdocio y se convirtió en un amigo muy cercano. A la edad de 30 años, en 1655, fue ordenado sacerdote, mientras que el Cardenal Chigi sería elegido como el nuevo Papa de la Iglesia con el nombre Alejandro VII.
Su amigo y consejero, y ahora Santo Padre, lo nombró canónigo de Padua y en 1657 como obispo de Bérgamo. Después entre 1664 y 1697, Gregorio gobernó como obispo de Padua.
En 1660 se le consagró cardenal; cuatro años más tarde, fue transferido al obispado de Padua. Era benigno y misericordioso, su piedad se mostraba sobre todo a los que sufrían o estaban en desgracia.
Durante una gran peste en Roma ayudó en la asistencia de cerca de 13 mil enfermos. También fundó la Congregación de los Oblatos de los Santos Prodóscimo y Antonio en Padua.
San Gregorio Barbarigo murió santamente el 15 de junio de 1697. Fue beatificado en 1761 y canonizado por S.S. Juan XXIII, el 26 de mayo de 1959.
Recursos sobre San Gregorio Barbarigo:
Biografía Homilía de Su Santidad Juan XXIII con la ocasión de la Canonización del Beato Gregorio Barbarigo. Discurso de Su Santidad Juan XXIII a los peregrinos de Venecia, Bérgamo y Padua presentes en Roma para la Canonización del Beato Gregorio Barbarigo.
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