El 27 de noviembre de 1970, luego de haber descendido del avión en el que llegó al aeropuerto de Manila (Filipinas), el Papa San Pablo VI se salvó de morir acuchillado.
Tras bajar del avión, el Santo Padre fue saludado por distintas autoridades civiles y eclesiásticas, luego de lo cual un hombre vestido de sacerdote pudo llegar hasta donde se encontraba.
El hombre era el pintor boliviano Benjamín Mendoza y Amor Flores que sufría de problemas mentales. Logró alcanzar al Papa con su cuchillo en la yugular, hiriéndolo dos veces. Los que estaban alrededor pensaron que era un crucifijo y no un arma.
El boliviano fue detenido inmediatamente después del ataque. Fue perdonado por el Pontífice.
El Arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, a quien apodaban “El Gorila” por su gran estatura y corpulencia, fue quien evitó que el hombre volviera a acuchillar al Papa.
En agradecimiento a su valor y por haberlo salvado, San Pablo VI le obsequió al Prelado un cáliz que usó el 28 de noviembre de 1970 en una Misa de ordenación de varios sacerdotes. El cáliz se conserva actualmente en un seminario en Chicago (Estados Unidos).
En su primer discurso en Filipinas, el Papa Pablo VI dijo que “el objeto de nuestra visita a Manila es de orden espiritual y apostólico. Nuestra felicidad será inmensa si con tal viaje los fieles católicos se reafirman en su fe para manifestarla de una manera sincera y coherente; si se estimulan en la búsqueda de esa fusión feliz de su patrimonio religioso con las nuevas exigencias de un mundo moderno”.
“Quisiéramos que se consolide su voluntad de vivir en buena armonía con todos, de promover el desarrollo social en nombre de la caridad de Cristo del cual ellos son testigos, de valorizar las virtudes cívicas de integridad, de desinterés, y de servicio, semejantes, para todos, ya que estas virtudes son la base de la prosperidad de los pueblos grandes, libres y unidos”, agregó el Papa santo.
En octubre de 2014, durante la ceremonia de beatificación de Pablo VI, se presentó en la Plaza de San Pedro un relicario con la camiseta ensangrentada que usó el Pontífice el día del atentado en 1970.
El viaje del Papa Pablo VI a Filipinas se realizó en el marco de una larga gira que incluyó Irán, Pakistán, Filipinas, Samoa, Australia, Indonesia, Hong Kong y Sri Lanka.
Este fue el último viaje que hizo San Pablo VI en su pontificado y abarcó del 26 de noviembre al 5 de diciembre de 1970.
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