“Es preciso nacer de nuevo” fue el lema que alentó la Semana Teológica Pastoral de la Arquidiócesis de Santiago cuyo tema central fue el discernimiento comunitario y los desafíos de la Iglesia actual.
Este espacio de reflexión y diálogo reunió entre el 23 y 26 de julio a sacerdotes, diáconos, religiosos, laicos y trabajadores de la Arquidiócesis de Santiago.
El Director del Departamento de Espiritualidad, P. Fernando Tapia, explicó que es necesario partir “del discernimiento comunitario para reorientar la acción pastoral de la Iglesia".
“Es importante volver a pensar en el modo en que hacemos Iglesia hoy. Las estructuras deben estar al servicio de la misión y no lo contrario", reflexionó el P. Tapia en referencia a la atención de inmigrantes, la promoción de la interculturalidad, el servicio a los más vulnerables, la acción en las realidades de la ciudad, y el cuidado de la creación, entre otros temas.
El Administrador Apostólico de Santiago, Mons. Celestino Aós, explicó que la Iglesia es "una comunidad de servidores" en la que todos son actores. “No hay nadie pasivo, espectador o mero receptor. Todos los cristianos estamos llamados a aportar nuestros talentos, a desempeñar algún ministerio en la Iglesia”.
"Los ministerios, incluido la jerarquía, se han de entender dentro de la comunidad, para el servicio de la comunidad, en diálogo, coordinación y corresponsabilidad con todos los miembros de ella", agregó.
En ese sentido, "nuestro ministerio episcopal y sacerdotal tiene que ser un servicio a la comunidad, no es la comunidad la que tiene que estar al servicio de nosotros, sino al revés, uno está para entregar su vida, como Jesús, a la comunidad y a los de fuera de la comunidad", explicó Mons. Aós.
En los distintos diálogos realizados durante la Semana Teológica, se abordó por ejemplo, el acompañamiento en el discernimiento de las comunidades a cargo del P. Francisco Jiménez.
El sacerdote jesuita recordó que la sinodalidad y el discernimiento son caminos que ayudan a "responder a los problemas reales de las personas. Si no somos capaces de eso, no podemos comunicar a Cristo. Porque Cristo se encarna en nosotros, en la comunidad y eso significa que la comunidad dialogue, entre en crisis y proponga algo nuevo”.
En ese sentido, el P. Jiménez destacó que permitir y animar el diálogo; permitir el conflicto y la crisis; ayudar a la deliberación ofreciendo criterios formales y contenido valórico y doctrinal son algunos de los pasos que un sacerdote debe seguir para acompañar el discernimiento en las comunidades.
En cuanto a la crisis que vive la Iglesia a raíz de los abusos sexuales de poder y conciencia cometidos por algunos de sus miembros, la Hermana Marcela Sáenz de la congregación Esclavas del Corazón de Jesús, abordó el tema "¿Cómo escucha Jesús? Los desafíos de hoy".
La religiosa profundizó diversos aspectos de la actitud de escucha y diálogo de Jesucristo; y contó su experiencia de trabajo como miembro del Consejo para la Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal.
Aseguró que en esa entidad episcopal el tema de los abusos "se siente como un terremoto potente, que deja poco en pie. Pero también es una oportunidad enorme", sostuvo.
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