El Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, aseguró que frente a las nuevas tecnologías de las comunicaciones, la clave es “la cercanía” y que los jóvenes quieren sentirse amados.
Al presidir la Misa de inauguración del XXV Encuentro Nacional de la Pastoral de la Comunicación, que se realiza en Toluca del 1 al 5 de octubre, Mons. Coppola aseguró que “vine para escuchar y para aprender también”.
“Desde el punto de vista profesional, poco a poco los estudiosos llegan al punto de partida. ¿Cual es su conclusión?”, dijo, y señaló que se trata de “responder a sus necesidades, descubrirlas y responder”.
Este, aseguró, “es el discurso que la Iglesia siempre ha hecho desde el principio del mundo”.
El Prelado destacó que “me gusta conocer cómo es, cómo se puede comunicar” a través “de internet, a través de las redes sociales”.
“El objetivo tiene que ser siempre la cercanía”, aseguró. “Se decía esta tarde que el objetivo es, lo que todos quieren, es ser elegidos. Es otra manera de decir ‘ser amados’, sentirse que son amados, que son queridos”.
“Nuestros jóvenes necesitan sentirse queridos” y “escuchados”, destacó.
El Nuncio destacó también el rol fundamental de las familias en la formación de los cristianos, así como en el papel de la Iglesia como “una familia” para los fieles.
Ante esto, lamentó, “nuestras familias no son siempre buenas familias”.
Mons. Coppola recordó que tras llegar a México una de las cosas que le sorprendió “es el hecho de que ustedes nos llaman padres, en Italia no es así. Padres son los religiosos, los franciscanos”.
“Cuando son sacerdotes”, dijo, “a los diocesanos les decimos ‘don’ y el nombre”. Esto, destacó, “me gustó muchísimo”.
Sin embargo, precisó, para los sacerdotes no siempre es fácil ser “padres adoptivos” de los fieles.
“No es fácil ser padres de hijos adoptivos, no es fácil para los hijos y no es fácil para los padres hacer esta conexión instintiva entre padres e hijos”, dijo.
El Prelado lamentó además que México, “un país católico”, tiene muy pocos sacerdotes.
“Un país tan católico, 80% de católicos, y tiene tan pocos sacerdotes. La media en todo México es de 1 sacerdote por 10.000 habitantes”, dijo.
“Yo vengo de una diócesis en el sur de Italia, muy pequeña”, en la que “somos 250 mil personas con 150 sacerdotes”.
Mons. Coppola señaló que “en mi pueblo, mi párroco todos los años pasa por todas las casas” y “conoce a cada uno de sus parroquianos”.
“Aquí me parece que no es así”, señaló.
Por ello preguntó “¿cómo podemos llamarnos familia si no nos conocemos? ¿Cómo podemos saber las necesidades de los hijos si no nos conocemos? Ahí está lo que hay que cambiar”.
El Nuncio recordó que en las primeras comunidades cristianas, los apóstoles, al ver que las necesidades crecían “idearon los diáconos”.
“Y, muy interesante, Pedro dijo: les dejamos a estos todo lo que hay que hacer, y nosotros, los apóstoles, nos quedamos con la oración y el anuncio de la Palabra. Eso es lo nuestro”.
“Yo pienso que si a nuestros sacerdotes los liberamos de todos los asuntos que hacen y que llenan su día, y que nos preocupan y preocupan su corazón, y se quedan solo con la oración y el anuncio de la Palabra, eso les da bastante tiempo, bastante tiempo también para visitar a sus ovejas, conocerlas”, indicó.
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