23 de julio de 2023 / 7:37 a. m.
Después del Ángelus de este domingo 23 de julio, el Papa Francisco enfatizó que diversas regiones del planeta están experimentando “olas de calor anormales e incendios devastadores” e instó a “limitar las emisiones contaminantes”.
“Aquí y en muchos países se están viviendo fenómenos meteorológicos extremos: por un lado, diversas regiones están experimentando olas de calor anormales e incendios devastadores; por otro, en no pocos lugares se están produciendo chaparrones e inundaciones, como los que han azotado Corea del Sur en los últimos días: estoy cerca de los que sufren y de los que asisten a las víctimas y a los desplazados”, subrayó.
El Santo Padre renovó su “llamamiento a los dirigentes de las naciones para que hagan algo más concreto para limitar las emisiones contaminantes: es un reto urgente e inaplazable, concierne a todos. ¡Protejamos nuestra casa común!”.
En otro momento, el Pontífice pidió llevar adelante el pacto generacional también para salvar la vida y la Casa Común con motivo de la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores que se celebra en todas las diócesis del mundo.
“Hoy, mientras muchos jóvenes se preparan para partir a la Jornada Mundial de la Juventud se celebra la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos”, anotó.
Desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco señaló que le acompañaban “un nieto y una abuela”.
“¡Aplaudamos a ambos! Que la proximidad entre las dos Jornadas sea una invitación a promover una alianza entre las generaciones, que es muy necesaria, porque el futuro se construye juntos, en el intercambio de experiencias y en el cuidado mutuo entre jóvenes y mayores. No los olvidemos. ¡Y aplaudamos a todos los abuelos y abuelas! ¡Fuerte!”, aseguró.
Migrantes en el norte de África
Por otro lado, el Papa Francisco llamó la atención sobre “el drama que siguen viviendo los emigrantes en el norte de África”.
“Miles de ellos, en medio de un sufrimiento indecible, llevan semanas atrapados y abandonados en zonas desérticas. Hago un llamamiento, en particular a los Jefes de Estado y de Gobierno europeos y africanos, para que socorran y ayuden urgentemente a estos hermanos y hermanas”, afirmó.
Entonces, hizo un llamamiento para que “el Mediterráneo no sea nunca más teatro de muerte e inhumanidad. Que el Señor ilumine las mentes y los corazones de todos, suscitando sentimientos de fraternidad, solidaridad y acogida”.
La paz en Ucrania
A continuación, invitó a los fieles y peregrinos a seguir rezando por la paz, “de manera especial por la querida Ucrania, que sigue sufriendo muerte y destrucción, como tristemente ha vuelto a suceder esta noche en Odessa”.
Por último, saludó a los presentes: “Les deseo a todos un buen domingo y, por favor, no olviden rezar por mí. Y recen también por esta abuela y su nieto, y con todos los abuelos y nietos. ¡Buen provecho y adiós!”, concluyó.
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